La Costa Brava busca el aval de la Unesco
de sendero litoral entre Portbou y Blanes sea declarado patrimonio mundial de la Unesco como paisaje cultural ayudaría a proyectar internacionalmente el camino. Pero la carrera para alcanzar este hito se encuentra todavía en una fase muy embrionaria. El vicepresidente de la Diputación de Girona y diputado de Cultura, Albert Piñeira, explica que los impulsores de esta iniciativa (Diputación, los 22 ayuntamientos implicados, la Generalitat y Amics de la Unesco de Girona) han encargado una diagnosis para detectar las potencialidades y debilidades de estos senderos. “El estudio nos debe ayudar a analizar la viabilidad de la candidatura y ver si tiene posibilidades reales”, subraya Piñeira. “Si finalmente el proyecto no tira adelante, el informe nos servirá para revalorizar los caminos”, afirma.
En la Costa Daurada, donde muchos tramos del viejo camino de ronda se han convertido en amplios paseos marítimos, destacan dos zonas que conservan el trazado original y un entorno natural espectacular: de sur a norte, entre l’Ampolla y l’Ametlla de Mar (unos veinte kilómetros) y entre Tarragona y Altafulla (casi quince kilómetros que pueden ampliarse hasta Roda de Barà cruzando la zona natural de Els Muntanyans de Torredembarra).. En total, y aunque de forma discontinua, durante los últimos años se han señalizado casi cincuenta kilómetros del camino de ronda en varios municipios.
“Cada vez viene más gente expresamente para hacer el camino de ronda, y para nosotros esto es un activo principal”, afirma Jordi Gaseni, alcalde de l’Ametlla de Mar. Este municipio y l’Ampolla impulsaron hace casi dos años la puesta el día de todo este tramo. “Se hizo una intervención principalmente de limpieza y lo más discreta posible, instalando barandas de madera en los sitios que podían ser más peligrosos; pero nada que ver con la actuación que estaba prevista en la época de Aznar: con un proyecto de cuatro millones de euros para
La empresa Camí de Ronda registra un 25% más de reservas que en todo el 2016 Antiguamente estos caminos eran vías de salvamento de náufragos
hacer un gran paseo al estilo Benidorm”, añade.
La zona más virgen –protegida de la fiebre urbanística por la vía del tren, que hizo la costa sólo accesible a pie– se sitúa al sur del municipio, con calas y rincones totalmente vírgenes y que frecuentan clientes de los campings de la zona, la gran mayoría del norte de Europa y Francia. Este año, y a través de Medi Natural (que ha aportado casi 300.000 euros), se ha habilitado el paso por el puerto natural de l’Estany, adaptando el camino y mejorando todo el entorno.
En Tarragona, el Ayuntamiento impulsó la puesta al día de su camino de ronda en el 2011, cuando señalizó una red de hasta 70 kilómetros de caminos en el municipio, conocido como el Anillo Verde. Con un gran atractivo natural, este tramo –más concurrido durante la primavera y el otoño que en verano– seduce por su paisaje sorprendentemente virgen junto a la ciudad y unos vestigios históricos que se remontan a la época romana.
“Por ahora, los caminos de ronda son una actividad complementaria principalmente dentro del turismo familiar y de experiencia del litoral”, mantiene Marta Farrero, directora técnica del Patronat de Turisme de la Diputación de Tarragona, y aunque no los sitúa como producto turístico finalista, sino como un atractivo más, reconoce que “durante los últimos años los municipios han hecho un gran esfuerzo para recuperar y poner en valor su litoral”. Es el caso de Salou, que ha recuperado casi seis kilómetros de su camino de ronda instalando pasarelas en muchos de los tramos; o también l’Hospitalet de l’Infant que ha apostado por el sendero del Jonquet que une las playas de l’Arenal y del Torn y la mitad de cuyo recorrido (de tres kilómetros) atraviesa el Espai d’Interès Natural de la RojalaPlatja del Torn.
En la Costa Daurada se han señalizado unos 50 kilómetros de camino en varios municipios Un estudio determinará las potencialidades y debilidades del camino de ronda en Girona