Sofia enciende los fogones
El remodelado hotel ha puesto en marcha el restaurante Impar, el espacio dulce Filosofía y El Bar. Antes de que acabe el año abrirá el Be So, el más gastronómico, y más adelante Zuu, restaurante-espectáculo
Ya han abierto? Lo preguntan los taxistas a los clientes cuando les dan la dirección del nuevo Sofia. Han abierto, pero sin apenas hacer ruido y arrancando con la propuesta gastronómica. Quisieron recibir a algunos de los primeros clientes del nuevo restaurante Impar, uno de los cinco espacios gastronómicos que completarán la oferta, coincidiendo con la celebración del Barça-Madrid este agosto y albergar, entre sus primeros huéspedes, a un grupo de asistentes al congreso de cardiología que la semana pasada acogió Barcelona.
“Queda mucho por hacer, pero hay ganas, y el equipo está impaciente por arrancar al cien por cien”, explica Jordi Maestro, director del hotel, ahora de Selenta Group. Lo dice parado en la luminosa recepción, con la sonrisa discreta de quien seguramente empieza a acostumbrarse a escuchar que nada recuerda a aquel hotel enmoquetado que pedía a gritos una reforma.
Quieren que Sofia, cuenta Maestro, sea un referente en la ciudad como lo fue en su día el Princesa Sofía. ”Que sea un lujo para quienes vienen de fuera pero que lo disfrute también la gente de aquí. Y que quieran venir a celebrar sus fiestas o sus banquetes”. Para ello han considerado que la apuesta gastronómica, que conceptualiza el chef Carles Tejedor, era crucial y que debía ser variada y atractiva tanto en lo que se come y se bebe como en lo que se paga. Tejedor, que ha mostrado su capacidad de coordinación en proyectos ambiciosos como El Nacional o Lomo Alto, insiste en que la calidad debe ser el hilo
conductor. Él, que nació en 1975 , el mismo año en que abrió el Princesa Sofía, recuerda que uno de sus primeros banquetes los sirvió allí cuando acabó la escuela.
El restaurante Impar, el Filosofía y el Bar ya están en marcha. En otoño abrirá Be So, con cocina vista, para el que Tejedor, junto a Iván Cruz, jefe de cocina, ya prepara una carta con productos exquisitos en la que no faltarán elaboraciones clásicas como las que él trabajó en su día en Via Veneto. Y, más adelante, Zuu, un restaurante con espectáculo para el que ya están creando vajillas adaptadas a la actuación.
El Impar ocupa un amplio local al que el interiorismo de Jaime Beriestain ha conseguido aportar a la vez la sensación de grandeza (200 comensales en el interior y un centenar en la terraza) y la intimidad de rincones acogedores y barras que hacen de epicentro de cada uno de los tres espacios que lo integran. La propuesta, variadísima, va desde cocas exquisitas a un bun de papada para chuparse los dedos o un arroz de alitas de pollo y alcachofas sabrosísimo; una correcta esqueixada o un buen rodaballo a la donostiarra, por un ticket medio de 45 euros. El segundo espacio, Filosofía, está dedicado al dulce, con postres servidos en tarros que también se pueden llevar, pero también tienen pasteles y bollería, ensaladas, zumos, cafés o tés. El tercero, El Bar, es una espectacular barra circular en la que oficia Sara Torreblanca, y donde la cocina es un acompañamiento de los combinados.
En el nuevo Impar, platos sabrosos como el arroz con alitas de pollo y alcachofas o las cocas variadas