La Vanguardia

Traca final sobre ruedas

El madrileño busca la gran victoria de su adiós al ciclismo y ayer le faltó muy poco

- XAVIER G. LUQUE Barcelona

Alberto Contador quiere despedirse del ciclismo con una victoria de prestigio y vuelve a animar los kilómetros finales de una etapa, la iracunda ascensión a Los Machucos, una de las subidas increíbles que la Vuelta a España se saca del sombrero de vez en cuando.

Alberto Contador quiere despedirse del ciclismo con una victoria de prestigio y ayer volvió a animar los kilómetros finales de la etapa, la iracunda ascensión a Los Machucos, una de las subidas increíbles que la Vuelta se saca del sombrero de vez en cuando. El vencedor del día fue Stefan Denifl, un austríaco que cumplirá los 30 antes de final de mes, con muchos éxitos a nivel local pero poco conocido internacio­nalmente.

Denifl fue el único supervivie­nte de la escapada del día, pero Contador hizo una remontada excepciona­l, saltó del grupo de favoritos a unos seis kilómetros del final y fue avanzando corredores descolgado­s de la escapada con un ritmo constante y una decisión que rezumaba la mirada, fijada en el objetivo: el adiós por la puerta grande. El colombiano Miguel Ángel López intentó acompañarl­o pero no pudo. El madrileño Dani Moreno, que quería dar por fin una satisfacci­ón al Movistar, también tuvo que dejarlo estar. Pero a un Contador desencaden­ado le faltó terreno para coger y anular también a Denifl. Acabó segundo, a poco menos de medio minuto. “Me he dicho, a ver a quién tiene la misma convicción que yo. Una lástima no haberlo conseguido. Cabeza, corazón y piernas, ha sido la clave de hoy”, dijo el líder del Trek.

La subida a Los Machucos era una verdadera exageració­n y ofreció lo que buscaba la Vuelta, unas imágenes de agonía sobre la bicicleta muy espectacul­ares desde el sofá de casa. “Cuando patina la rueda... ya te haces una idea de si era duro. Pero segurament­e es muy bonito para el público”, explicó Mikel Nieve, ayer compañero precioso de Froome. “Si dejabas de pedalear, después la rueda de atrás resbalaba”, comentó López. En esta situación, con tramos que superaban claramente el 20 por ciento de desnivel –combinados con pequeños toboganes que permitían recuperar fuerzas– el líder decidió que era necesario ser prudente y no caer en la trampa. Acompañado como siempre por sus gregarios, Froome no perdió la calma cuando atacó Contador, lógicament­e, pero tampoco lo hizo cuando fue Nibali quien incrementó el ritmo y abrió

A 28 SEGUNDOS DEL VENCEDOR El madrileño lanzó un ataque espectacul­ar y fue segundo, sólo superado por el austríaco Denifl

PENDIENTES EXAGERADAS Froome sufrió en Los Machucos y cedió buena parte de la renta de la contrarrel­oj

un pequeño agujero. En ningún momento se vio un Froome asustado tratando de atrapar al italiano personalme­nte. Era muy consciente de la renta conseguida el martes a la contrarrel­oj y que ayer podía permitirse el lujo de ceder una parte. Y así fue, porque Nibali, con Zakarin, entraron a 1m4s del vencedor mientras Froome, escoltado por Nieve –que hizo los últimos metros mirando hacia atrás para confirmar que su jefe de filas no perdía rueda– llegó a 1m46s, o sea, a 42 segundos de Nibali. Una parte jugosa de lo que había obtenido en Logroño se esfumó en Los Machucos. “Ha sido un final muy duro y con el tiempo todavía más”, comentó Froome en referencia a un día de lluvia y niebla a ratos. “Me siento bien, el equipo también, quedan tres días en que habrá que resistir”, dijo Froome, que también comentó los insólitos desniveles: “A nadie le gustan rampas del 28%, pero son iguales para todo el mundo”.

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JOSE JORDAN / AFP Alberto Contador, en su cabalgata en Los Machucos

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