El libro en catalán creció en el 2016 a cuentagotas
Los catalanes compraron por valor de 223,45 millones
Las editoriales que publican en catalán facturaron 238,65 millones en el 2016, un 3,60 % más que el año anterior, aunque menos de los 255,56 millones de antes de la crisis y un tanto engañosa, porque el principal aumento lo aporta el libro de texto. Las cifras suman lo vendido en Catalunya (223,45 millones) y la Comunitat Valenciana (15,20 millones), sin incluir los datos de Baleares, ya que en el archipiélago aún no se ha reconstituido el Gremi d’Editors.
Los datos los anunció ayer Montse Ayats, presidenta de l’Associació d’Editors en Llengua Catalana, quien se mostró satisfecha por el incremento de ventas producido sin que hubiera aumentado el número de títulos publicados.
El gran reto que tiene la edición en catalán es convencer a los lectores que, sabiendo catalán, siguen prefiriendo leer una obra en castellano. Las ventas en catalán suponen, según el estudio de Comercio Interior del Libro, elaborado a partir de encuestas a los editores agremiados, apenas un 25,4 % del mercado en Catalunya, una cifra que relativiza los porcentajes que aparecen en los sondeos que auscultan los hábitos lectores (el 27, 4%).
La presentación del balance del sector es el preámbulo de la Setmana del Llibre en Català, que se inaugura mañana a las 19.30 en la plaza de la Catedral. Joan Sala, su presidente, destacó ayer el oxígeno financiero que aporta la Setmana al mundo editorial, en un contexto en el que la población concentra la compra de libros en Sant Jordi y Navidad. El año pasado se vendió por valor de 354.000 euros.
La Setmana se va haciendo año a año más internacional. Ya es habitual que junto a los autores catalanes se vean firmando ejemplares de sus libros a autores de otros países. En esta edición, Paul Auster es la gran atracción. El sábado a las 12 de la mañana conversará con Antoni Bassas en el auditorio del Col·legi d’Arquitectes para presentar su última novela, 4,3,2,1 (Edicions 62) con todas las plazas ya comprometidas. También estarán el artista visual italiano Nanni Balestrini (sábado 16 a las 20 horas), la socióloga inglesa Mary Beard (sábado 9, a las 20 horas) y la siria Gulnar Hajo (domingo 10, a las 16.45) Junto a ellos Jordi Coca (L’emperador, Comanegra), el libro colectivo Barcelona, viatge a la perifèria criminal
(Crims.cat); Ramon Mas (Afores, Edicions
de 1984), Jordi Puntí (Això no és
Amèrica, Empúries) o Martí Domínguez (L’assassí que estimava els llibres, Proa). El día 14, Jaume Cabré recibirá el premi Trajectòria.
La internacionalización emprendida por Joan Sala también se dirige a avanzar pasos hacia la conversión de la feria en un auténtico salón del libro. Por eso, en colaboración con el Institut Ramon Llull, habrá una embajada de 16 editores de otros países que mantendrán reuniones con agentes literarios y editores catalanes para normalizar la difusión internacional de la literatura catalana. También habrá una caseta en la que se exhibirán libros de autores catalanes traducidos a otras lenguas. La plaza de la Catedral suele estar transitada en los días laborables más por turistas que por barceloneses, y ahora se quiere probar si los visitantes pueden ser potenciales compradores de libros de autores del país que visitan. Según Sala, “habíamos observado que, al no entender el catalán, se compraban libros ilustrados sin texto”.
Entre las carencias de la edición catalana, y aparte del libro de pensamiento, se encuentran el cómic y la ciencia ficción, dos géneros aptos para que los adolescentes no se descuelguen del mundo del libro. Para ello, buscarán ayudas públicas o convencer a los editores en castellano para que también publiquen las mismas historias en catalán.
Mañana comienza en la plaza de la Catedral la Setmana del Llibre más internacional