La Vanguardia

¿Sabe cómo se suicida un argentino?

El primer papa jesuita y no europeo explica sus reservas sobre la globalizac­ión y la responsabi­lidad de Occidente en un libro-entrevista

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

“La economía liberal de mercado es una locura; ¿quién pone las armas y hace la guerra?”

“Cuando me subo al avión con ellos tengo la impresión de bajar al foso de los leones”

El cliché no le espanta: “Los comunistas robaron las banderas a los cristianos”, dice

Se cierra ante una miseria de la que es, en parte, responsabl­e: “Jesús fue un refugiado”

Sabe como se suicida un argentino? Se sube a la cima de su ego y se tira desde allí arriba”, le espeta el papa Francisco al sociólogo francés Dominique Wolton. La conversaci­ón discurre sobre la identidad argentina del primer papa jesuita y no europeo de la Iglesia Católica.

Se habla de la cultura e identidad europeas de los argentinos en un continente mestizo. “Por eso somos tan orgullosos”, dice, y suelta el chiste. Y luego otro que le concierne: “Mire si es humilde este papa que aunque es argentino ha escogido llamarse Francisco y no Jesús II”. “Así somos”, dice Bergoglio, de 76 años de edad, antes de lanzarse al tercero: “¿Sabe cual es el mejor negocio?: Comprar un argentino por su valor y revenderlo al precio que él cree valer…”.

Muchas risas y sintonías en el libro de 400 páginas (Pape François. Politique et société) que acaba de publicar en París Wolton, un experto en comunicaci­ón, laico, diez años más joven que el papa, que presenta la obra como “el primer libro del papa Francisco sobre su visión de la política y de la sociedad”. Naturalmen­te, no es la primera entrevista sobre estos aspectos que el Papa concede, pero sí la más completa: reúne doce entrevista­s realizadas a lo largo de un año para hablar de guerra y paz, religión y política, laicidad, familia, moral y costumbres. La principal constataci­ón es la de que Bergoglio (nacido en Buenos Aires en 1936) es un Papa que habla mucho.

“Cuando era estudiante, un viejo jesuita me dio este consejo: “Si quieres ascender, piensa claramente y habla oscuro”. “Me esforcé en lo contrario: hablar claramente”, dice el Papa. “Odio la hipocresía, si no puedo decir algo, no lo digo pero no hago hipocresía que es algo que me subleva”, explica.

Un hombre accesible y corriente, muy sensible a lo social, que dice que “la economía liberal de mercado es una locura”, que reprocha a Occidente sembrar el caos y la guerra en el mundo (“nosotros provocamos el caos, ¿quién pone las armas, quién hace la guerra?”), que define su defecto personal como “cierta tendencia a lo fácil y a la pereza”, que dice no tener miedo a nada, aunque confiesa temer a los periodista­s: “Cuando me subo al avión con ellos tengo la impresión de bajar al foso de los leones”. Critica la desinforma­ción como prinentra cipal “escollo” de los periodista­s de hoy; “dicen únicamente una parte de las cosas, lo que les conviene, llevan al lector a juicios erróneos sobre la realidad porque solo le proporcion­an la mitad de los hechos”, explica, confesando que dejó de ver la tele en los años noventa.

Al mismo tiempo, este hombre franco y hablador se muestra bastante reservado en temas espinosos, como su opinión sobre la teología de la liberación (solo habla de “los pecados de estas teologías ideológica­s que tienen mucha ingenuidad”, “el peor pecado es el orgullo, el orgullo de los ángeles”, dice), o los crímenes de la Iglesia:

–¿Por qué la iglesia es más severa con los católicos de izquierda, los curas obreros, la teología de la liberación, que con los católicos de derecha, la congregaci­ón de San Pío X y muchas veces con las dictaduras?– le pregunta Wolton.

–Puede que sea porque la izquierda busca siempre nuevas vías, en cambio cuando se mantiene el estatus quo, cuando se practica la rigidez, eso no constituye amenaza, así permite vivir tranquilam­ente. (…) La Iglesia se ha identifica­do muchas veces con los fariseos y no con los pecadores. La iglesia de los pobres, de los pecadores...

–Sí, pero eso es el evangelio, pero luego está la iglesia-institució­n… –Están los pecados de los dirigentes de la Iglesia, faltos de inteligenc­ia o que se dejan manipular. Pero la Iglesia no son los obispos, los papas, los curas. La iglesia es el pueblo.

–¿Qué responde a quienes subrayan continuame­nte las exacciones y crímenes de la Iglesia durante siglos?

–¿Cuando la Iglesia dejó de ser servidora para ser patrona? –Si, eso duró mucho tiempo… –Sí, pero es una cultura de la época. La Iglesia ha perdido esa cultura.

–¿El contexto histórico basta como explicació­n? –insiste el entrevista­dor, pero Bergoglio no y se va por las ramas…

Definido por su entrevista­dor como “socialment­e un poco franciscan­o, intelectua­lmente un poco dominico y políticame­nte un poco jesuita”, este Papa “es más querido por los laicos y los ateos que por los católicos”, dice Wolton. “Usted es el último comunista de Europa”, le dice sin conseguir espantarle. Al revés, responde el papa Francisco, “los comunistas son los cristianos, son los otros quienes nos robaron nuestra bandera”.

Oriente Medio es una espina: “Occidente quiso exportar un modelo democrátic­o en un país que tenía otro, diciendo ‘es una dictadura’, pero era una dictadura con un sistema de acuerdos porque se trataba de tribus que no podían ser gobernados más que de aquella manera. Libia es lo mismo: incluso si Gadafi no era San Agustín, hoy los libios se preguntan, ‘¿porqué los occidental­es vinieron a decirnos lo que debe ser una democracia? Teníamos un Gadafi, ahora tenemos cincuenta’. En Oriente Medio la responsabi­lidad es de Occidente”.

En Europa el Papa no ve el espíritu de sus padres fundadores, “no veo Schumann, no veo Adenauer”, dice. “Europa, cierra, cierra, cierra”, “más tentada de dominar espacios que de crear procesos de inclusión y transforma­ción”, como dijo el año pasado al recibir el premio Carlomagno en el Vaticano. Ve en la miseria, la falta de trabajo y la guerra el motivo de tanta emigración. “Falta trabajo porque fueron explotados, pienso en África”, dice. “No sé si puede decirse, pero ciertas colonizaci­ones europeas...”, aventura. ¿Emigración?: “Jesús fue un refugiado, un emigrante”, “Europa fue creada por los lombardos y otros bárbaros”.

El Papa se declara en contra de partidos políticos “sólo para cristianos o para católicos”. “Eso conduce siempre al fracaso”, dice. Elogia a Francia por ser uno de los raros países europeos con una política familiar, pero no oculta su hostilidad a la aplicación de la laicidad en Francia. “El Estado laico es algo sano –dice–, pero creo que en ciertos países como Francia esa laicidad tiene un tinte heredado de la Ilustració­n demasiado fuerte que construye un imaginario colectivo en el cual las religiones son vistas como subcultura. Francia debería elevar un poco el nivel de la laicidad en el sentido de que dijera que las religiones también forman parte de la cultura (…) En la tradición francesa la Ilustració­n pesa demasiado (…) ¿Qué quiere decir un estado laico abierto a la trascenden­cia, que las religiones forman parte de la cultura, que no son subcultura­s. Cuando se dice que no hay que llevar cruces visibles o que las mujeres no deben llevar esto o aquello es una tontería porque ambas actitudes representa­n una cultura (…) Hay exageracio­nes, especialme­nte cuando la laicidad se coloca por encima de las religiones”.

“Diría que es más bien de derechas por su formación con los jesuitas argentinos pero que su proximidad con los pobres le radicalizó hacia la izquierda, está escandaliz­ado por las desigualda­des Norte/Sur”, dice Wolton, caracteriz­ando a su entrevista­do cuya personalid­ad le fascina.

 ?? JOSÉ JÁCOME / EFE ?? El papa Francisco, la noche del viernes, a su llegada a la nunciatura apostólica en Bogotá tras su desplazami­ento a Villavicen­cio
JOSÉ JÁCOME / EFE El papa Francisco, la noche del viernes, a su llegada a la nunciatura apostólica en Bogotá tras su desplazami­ento a Villavicen­cio

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain