Complejidad emocional
Aunque algunos conceptos musicales carezcan ahora de sentido como por ejemplo, indie, para no pocos aficionados dicha palabra tiene una utilidad situacionista indudable. Es decir, y ante la nueva obra discográfica firmada por The National, se vuelve a encender esa asociación que les equipara con una forma muy específica de encarar la existencia: la de una melancolía cosmopolita muy concreta, en trance de desaparecer pero aún perceptible aquí y allá. La enorme capacidad de su cabeza visible y magnífico vocalista Matt Berninger y de la coautora lírica Carin Besser –que también es su esposa– ha vuelto a dar en la diana en este álbum tras cuatro años de anhelante espera.
Acertar en este caso significa que temática y conceptualmente el énfasis se ha centrado en el paso sutil del tiempo y de la experiencia vital cotidiana que no conducen a estrepitosa furia o portazo sino que deviene soterrado malestar, hastío, descontento, frustración que allí están pero que son muy difíciles de describir en términos de canción pop. Y ellos han llegado a buen puerto en el intento. Este evidente abandono de la zona de confort lírica se hace también extensible a la sonora, que se exterioriza en primer lugar con un significativo recurso de la instrumentación electrónica. Y la plasmación en forma de adictivos beats, monótonos mantos electrónicos o distorsiones varias sirve para vestir de forma novedosa las canciones de siempre de forma literalmente magnífica.