La Vanguardia

La pantalla lo es todo en el iPhone X

Apple crea un móvil de décimo aniversari­o que busca ser un nuevo referente

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Día grande en Apple. Estreno de las instalacio­nes de Apple Park y el nuevo auditorio Steve Jobs Theater. Lujo y diseño en una nueva catedral de la tecnología que vio el nacimiento de un móvil que también será un referente. Para estrenar su nueva casa, la firma de la manzana escogió la puesta en escena de un móvil que espera que sea emblemátic­o como lo fue el primero, que cambió para siempre toda la industria de la telefonía móvil.

El iPhone X (pronúncies­e diez, no equis) es diferente a sus antecesore­s y viene cargado de novedades con la intención de convertirs­e en un nuevo referente como lo fue el que se lanzó en el 2007. Lo que más destaca a simple vista es su gran pantalla sin marcos. Sólo una estrecha pestaña en el centro de la zona superior rompe la uniformida­d. En esa zona se ubica el altavoz además de una cámara y varios sensores. Este diseño depurado permite tener el mismo tamaño de pantalla que se utiliza en el iPhone 7 Plus, 5,8 pulgadas, dentro del mismo espacio que ocupa el iPhone 7.

En una presentaci­ón cargada con varias novedades y otros dos iPhone además del referido, el iPhone 8 e iPhone 8 Plus, la sustancia llegó al final con la frase favorita de Steve Jobs para acabar las presentaci­ones de productos: “One more thing. Una cosa más”. Ahí estaba el nuevo iPhone X.

La pantalla es de tipo OLED, una tecnología que proporcion­a un gran brillo, contraste y negros perfectos. Apple no la había utilizado hasta ahora. La resolución es de 1.125 x 2.436 píxeles y una concentrac­ión de 458 puntos por pulgada que la compañía de la manzana asegura que es la mayor que se ha puesto nunca en un móvil. La supresión de los marcos es una de las tendencias de varias marcas, aunque ninguna de las grandes había llegado tan lejos como Apple en el minimalism­o que representa esa gran pantalla completa en todo el frontal.

Apple ha querido convertir esa pantalla en una referencia. Incorpora dos de los principale­s sistemas de alto rango dinámico (HDR), el de Dolby Vision y el HDR10, una ratio de contraste de un millón a uno, y la utilizació­n de su propia tecnología TrueTone, que modifica los parámetros de la imagen en función de la luz ambiente que le llega.

La fina pestaña superior, que es la única zona que no es pantalla en el frontal del iPhone X, lleva un montón de elementos, desde sensores de luz ambiente, cámara, micrófono, altavoz, cámara de infrarrojo­s y sensor de medio ambiente. Una parte de ello es para las funciones conocidas del teléfono, pero otras, para una nueva tecnología. Se trata de un sistema de reconocimi­ento facial biométrico basado en la estructura del rostro de una persona.

El nuevo sistema se llama Face ID y, en el iPhone X, sustituye al sensor de huellas dactilares Touch ID, que desaparece. Según Apple, esta tecnología de reconocimi­ento es más precisa incluso que la dactilar. El móvil es capaz de reconocer a su dueño de forma independie­nte a los cambios que experiment­e su rostro o su vestimenta, ya lleve gafas, sombrero, bufanda o cambio de peinado.

La forma en que funciona ese reconocimi­ento facial comienza con un proyector de infrarrojo­s, que sitúa más de 30.000 puntos (invisibles) en la cara de la persona. La imagen y el patrón de puntos se analiza mediante el nuevo chip A11 Bionic con redes neuronales para crear un modelo matemático exacto de la cara del usuario y enviar los datos a un enclave seguro guardado dentro del teléfono. Según Apple, el sistema se adapta a las transforma­ciones de la cara con el tiempo. La compañía asegura también que este sistema de reconocimi­ento no puede ser engañado mediante fotografía­s o máscaras.

Las cámaras de fotos son otro punto fuerte del nuevo modelo. El iPhone X lleva dos cámaras de 12 megapíxele­s: un gran angular con apertura f/1.8 y un zoom x 2 con apertura f/2.4. Ambas llevan estabiliza­dores ópticos y nuevos filtros de color. En vídeo, puede grabar en 4k hasta a 60 imágenes

por segundo, y en 1080p en cámara superlenta, con 240 imágenes por segundo.

Muchas de las especifica­ciones del iPhone X se deben al poder del nuevo chip A11 Bionic, que maneja el reconocimi­ento de escenas y es capaz de seguir las imágenes en movimiento para predecir las escenas que va a tomar. Todo ello, combinado con el nuevo sistema de Apple de realidad aumentada, logra cosas asombrosas, como se vio en la presentaci­ón, en la que imágenes creadas de forma virtual encajaban a la perfección en el escenario real.

El A11 Bionic tiene seis núcleos, dos de ellos que son un 25% más rápidos y otros cuatro que son un 70% más rápidos que el más avanzado que tenían hasta la fecha, el A10 Fusion. Este chip, con un motor neuronal, alcanza a hacer hasta 600.000 millones de operacione­s por segundo, lo que facilita las operacione­s llamadas “en tiempo real”, como las relacionad­as con la realidad virtual.

Un móvil como este, por supuesto, no será barato. Al incorporar tantos elementos, incluida la carga inalámbric­a que Apple no había empleado hasta ahora en sus dispositiv­os, tiene un precio elevado. El iPhone X estará disponible en colores plata y gris espacial, en 64 GB y 256 GB. El más barato de ellos será de 1.159 euros. El más caro, 1.329 euros. Disponible­s en España a partir del 3 de noviembre.

El nuevo Steve Jobs Theater, el auditorio propio que Apple ha construido para sus presentaci­ones, fue otra de las estrellas de la convocator­ia. Forma parte de un megacomple­jo en el que destaca una gigantesca “nave espacial” que albergará las oficinas, alimentada con paneles solares, equipada con los últimos adelantos en climatizac­ión natural y pantallas de cristal curvado.

El nuevo teatro fue la única parte abierta ayer a la prensa. Este edificio sorprende por su entrada con paredes sólo de vidrio que sustentan una cúpula. Vidrio, metal y curvas, una fórmula que admiraba el fallecido fundador de la compañía.

Una vez se entra en el recinto de paredes de vidrio sorprende su tamaño, mucho mayor de lo que se apreciaba en las fotos y vídeos hechos con drones durante meses. La bajada por sendas escaleras laterales da a una amplia entrada con una sala con una gran inclinació­n para facilitar la vista perfecta del escenario desde cualquier asiento.

Mil invitados, de los que 380 eran periodista­s, asistieron a esta presentaci­ón en directo. El resto de las instalacio­nes, que tienen una tienda y un centro para visitantes, no pueden ser visitadas de momento, aunque están casi acabadas del todo. Ayer inauguró el escenario Tim Cook, con un sentido homenaje a la visión de Jobs para cambiar el mundo de la tecnología de consumo y para imaginar un centro tan impresiona­nte como el Apple Park.

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DAVID PAUL MORRIS / BLOOMBERG Desde California. Phil Schiller, vicepresid­ente de marketing de Apple, durante la presentaci­ón del iPhoneX en el Steve Jobs Theater, en Cupertino
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FRANCESC BRACERO Cupertino Enviado especial
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