México, de seísmo en seísmo
La cifra oficial de muertos llega a 225, la mayoría en la capital del país
Tragedia sobre tragedia. Cuando México aún no se había recuperado del terremoto del pasado 7 de septiembre en el sur del país, un nuevo seísmo, de menos intensidad pero más mortífero, azotó el martes el centro del territorio y causó oficialmente 225 fallecidos, al cierre de esta edición. El temblor fue de una magnitud de 7,1 en la escala de Richter y la mayoría de víctimas y daños materiales se concentraron en Ciudad de México, donde hubo un centenar de muertos y 39 edificios derruidos, aunque el simo también afectó a los estados de Morelos, Puebla, México, Guerrero y Oaxaca. El Gobierno mexicano decretó tres días de luto oficial.
La cifra de víctimas podría aumentar rápidamente, pues hay un número indeterminado de desaparecidos y al menos un millar de heridos, de los cuales más de 220 permanecían anoche hospitalizados. Las tareas de rescate continuaban esta madrugada a la búsqueda de supervivientes entre los escombros, ante el temor de la población por la treintena de fuertes réplicas que tuvieron lugar después del terremoto.
Además de los que se derrumbaron completamente, en la capital hay otros 600 edificios dañados, algunos inhabitables. También hay cortes intermitentes de luz, pero la mayoría del servicio eléctrico se restableció antes de las 24 horas del terremoto, según las autoridades. Los barrios más afectados son Condesa, Roma y del Valle. El alcalde de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, aseguró que no se estaban produciendo saqueos y decretó el estado de emergencia, lo que supone la activación de un fondo de unos 141 millones de euros para ayudar a los miles de damnificados.
A pesar de que la capital fue la zona con más víctimas y daños, el epicentro tuvo lugar en Axochiapan, en Morelos pero muy cerca del límite con Puebla, a 120 kilómetros de Ciudad de México. El movimiento telúrico se produjo a 57 kilómetros de profundidad cuando eran las 13.14 del martes (hora local). El hecho de que las construcciones sean más bajas en esos estados cercanos al epicentro contribuyó a que hubiera un menor número de afectados. En Morelos, según las autoridades locales hay quince heridos muy graves, mientras que en Puebla se vio muy afectado el centro histórico,
SÍMBOLO DE LA TRAGEDIA
Al menos 21 menores mueren en un colegio, donde otra niña, Frida, pide ser rescatada
donde hay 46 edificios muy dañados.
Entre las historias dramáticas que dejó el terremoto llaman la atención los once fallecidos, cuatro de ellos menores, que causó el hundimiento del techo de la iglesia Santiago Apóstol, construida en el siglo XVII, de la localidad poblana de Atzala, mientras participaban en un bautizo. El niño bautizado está entre los muertos.
También se dieron episodios de alegría en algunos lugares, como en un edificio derrumbado del barrio de Roma de la capital, donde 24 personas fueron rescatadas con vida.
Sin embargo, los mexicanos quedaron especialmente conmocionados por el derrumbe de un colegio en el barrio de Coapa de la capital mexicana, donde por lo menos murieron 21 niños y cuatro profesores. No obstante, los rescatistas seguían buscando a otros 20 menores y 8 adultos entre los restos del edifi-
cio, según relató el propio presidente de México, Enrique Peña Nieto. El colegio Enrique Rébsamen, que impartía clases de preescolar, primaria y secundaria, se ha convertido ya en el símbolo del terremoto. Al cierre de esta edición, los equipos de emergencia se centraban en levantar los escombros para rescatar a una niña, de nombre Frida, que pedía agua insistentemente y que está atrapada en un reducido espacio de apenas 45 centímetros.
El Ministerio español de Exteriores confirmó que entre los fallecidos hay un ciudadano español residente en México y que sigue tratando de localizar a otra veintena. El Gobierno dispuso el envío de la Unidad Militar de Emergencias (UME) para ayudar con equipos especializados en movimiento de escombros y búsqueda de personas. Estaba previsto que un primer contingente de siete militares volara anoche desde Barajas, mientras se espera que hoy salga hacia México otro grupo formado por 45 especialistas.
“La prioridad en este momento es continuar el rescate de quienes aún se encuentran atrapados y dar atención médica a los heridos”, dijo Peña Nieto en un mensaje televisado a la nación. Tras recorrer algunos de los lugares más afectados de la capital, el mandatario recordó las “experiencias difíciles a consecuencia de temblores en el pasado” y exhortó a los mexicanos a responder con “entrega y espíritu de solidaridad”.
El presidente, que ayer visitó Jojutla, una de las poblaciones más damnificadas de Morelos, informó de que se encuentra en permanente coordinación con Mancera y los gobernadores de los estados afectados, a los que envió ayuda, y al mismo tiempo ordenó que no se detuviera el auxilio a Chiapas y Oaxaca, las regiones más afectadas por el terremoto del 7 de septiembre.
PEÑA NIETO
El presidente dice que la prioridad es rescatar a las personas bajo los escombros
SIN RELACIÓN
Este seísmo no tiene relación con el que sacudió Oaxaca el pasado día 7
Aquel día el sismo fue más fuerte que el del martes, pues presentó una magnitud de 8,2, provocó 98 muertos y, además de Puebla y Oaxaca, afectó en menor medida al estado de Tabasco. Ese terremoto fue el de mayor magnitud en el país desde 1932.
No obstante, los terremotos son científicamente impredecibles y, por tanto, los expertos descartan que ambos temblores tengan relación, más allá de la inevitable realidad geológica mexicana. “México está en un contexto tectónico complicado, complejísimo; tenemos la interacción de cinco placas (tectónicas)”, explicó en rueda de prensa Xyoli Pérez, directora del Servicio Sismológico Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). “Si bien el mecanismo es similar, son dos sismos independientes; uno (el del 7 de septiembre) ocurrió en el golfo de Tehuantepec y este se produjo por debajo de los estados de Puebla y Morelos”, indicó la experta.
Por otra parte, el sismo del martes coincidió increíblemente con la misma fecha del devastador terremoto de 1982 (magnitud 8,1), que oficialmente dejó 3.192 fallecidos, aunque estimaciones extraoficiales elevaron esa cifra a 45.000 y casi un millón de damnificados.
Ya de noche, la pasada madrugada continuaban las búsquedas de supervivientes con el mismo ritual, levantando los puños y pidiendo silencio para escuchar algún grito de auxilio.