La leyenda de Mata Hari baila de nuevo en su ciudad natal
Leyenda, icono de estilo y femme fatale. Con estas palabras podría resumirse el perfil de una de las más célebres mujeres de Holanda. También servirían mito, bailarina y espía. Porque Mata Hari, la bailarina de origen holandés condenada a muerte por espionaje durante la I Guerra Mundial, fue uno de los personajes más icónicos y enigmáticos del siglo XX. Su ciudad natal, Leeuwarden (Holanda), quiere conmemorar el centenario de su muerte con una gran exposición en el Museo de Friesland. Mata Hari: el mito y la doncella reunirá un centenar de objetos relacionados con su vida, en la muestra más extensa jamás dedicada a la espía holandesa.
La exposición se enmarca dentro de las celebraciones de Leeuwarden como Capital Europea de la Cultura en 2018, y entre los objetos que se podrán ver destaca una selección de archivos militares franceses desclasificados recientemente. Unos documentos que llevaban un siglo bajo llave y que salen por primera vez a la luz: informes de vigilancia, transcripciones de sus escuchas y pruebas como los telegramas interceptados de un agregado militar alemán en Madrid, que arrojan luz sobre el juicio de la bailarina holandesa.
En la misma muestra, abirta al público del 14 de octubre al 2 de abril, se hace un recorrido por la vida de Mata Hari a través de documentos y objetos personales, desde su niñez, cuando era la pequeña Margaretha, hasta su vida adulta, pasando por su juventud como bailarina debutante en la biblioteca del Museo Guimet en París, en 1905.