Trump ordena castigar a quienes hagan negocio con Corea del Norte
EE.UU. se plantea romper el pacto con Irán pese a aceptar que están cumpliendo
Otro recado a Rocket Man.
En reuniones al margen de la Asamblea General de la ONU, que se celebra en Nueva York, el presidente Trump aprovechó ayer para anunciar más sanciones que aprieten el nudo sobre el cuello de Corea del Norte.
Acompañado por su homólogo de Corea del Sur, Mun Jae In, y el primer ministro japonés, Shinzo Abe, los que viven más de cerca el peligro nuclear de Kim Jong Un, Trump dijo que había firmado una nueva orden ejecutiva que pone en la lista negra a los individuos, compañías o instituciones que financien o faciliten los negocios o el comercio con ese país.
“Es inaceptable que otros den apoyo financiero a este régimen criminal”, afirmó. Aunque denunció que “otros países no hacen lo que deberían hacer”, su iniciativa parece quedar en el limbo respecto a China, el principal aliado del Gobierno norcoreano y que ha sido muy crítico con la amenaza de “la destrucción total” que soltó el estadounidense en su primer discurso en las Naciones Unidas.
En cambio, Trump aseguró sentirse “muy orgulloso” por la noticia de que el banco central del gigante asiático había comunicado a las entidades de su dominio que pararan de inmediato los negocios con Corea del Norte.
Desde la capital china se comunicó que la autoridad bancaria ordenó al resto de las entidades que apliquen “de forma estricta” las sanciones acordadas por el Consejo de Seguridad días atrás.
Esta ha sido la respuesta a la creciente preocupación en Estados Unidos de que Pekín no era lo suficientemente duro con los ensayos nucleares de Pyongyang. Los bancos chinos se hallaban bajo sospecha como canales de entrada de capital al aislado aliado.
“El presidente Xi ha hecho hoy un movimiento muy inteligente, es algo inesperado y lo aprecio”, reiteró Trump.
Steve Mnuchin, secretario del Tesoro, se limitó a contestar “seguiremos conversando” en cuanto a la operatividad de estas sanciones respecto a China, principal socio de Corea del Norte y pieza clave, además, para múltiples intereses estadounidenses.
“Nuestra nueva orden ejecutiva corta las fuentes de ingresos con que Corea del Norte paga el desarrollo de sus mortíferas armas... Durante mucho tiempo se le ha permitido abusar del sistema financiero”, insistió Trump. “Esta tolerancia –reiteró– ha de acabar. Los bancos extranjeros afrontarán una elección: o hacen negocios con Estados Unidos o facilitan el comercio del régimen sin ley de Corea del Norte”.
El objetivo es que Kim Jong Un no se apoye en otros países que le faciliten el suministro de capital o el comercio. “Invito –dijo Trump– a todas las naciones responsables a imponer las sanciones de la ONU y establecer las suyas propias como hemos anunciado nosotros”.
Wangy Yi, ministro de Asuntos Exteriores chino, requirió a Corea del Norte desde el estrado de la Asamblea General que abandone “este peligroso camino”. Aseguró que aún hay tiempo para negociar.
Ayer a Trump le preguntaron si todavía era posible conversar con Corea del Norte, y replicó: “¿Por qué no?
La petición de solidaridad estadounidense se produce cuando Trump está planteándose romper el pacto nuclear con Irán, o, cuando menos, forzar modificaciones a su gusto. Esto supondría, como
El presidente se felicita porque China ordena cortar las relaciones bancarias con Pyongyang
destacó el presidente Hasan Rohani, “el fracaso del acuerdo”. El iraní sostiene que se queda como está o se rompe.
La actitud de Trump se produce una vez que su secretario de Estado, Rex Tillerson, aceptó el miércoles que los iraníes están cumpliendo lo suscrito en el pacto. Así lo dijo la responsable de Exteriores de la UE, Federica Mogherini, tras la reunión que los promotores del acuerdo, los seis (EE.UU., China, Rusia, Francia, Reino Unido y la Unión Europea), más uno (Irán) mantuvieron en la sede de las Naciones Unidas.
Más tarde, en una rueda de prensa, Tillerson reconoció que todos los informes indican que Teherán sigue la línea, pero matizó para dar margen a su jefe: “Cumplen la letra, pero no el espíritu”.