El 2 de octubre
Apartir del 2 de octubre la tarea más urgente será la normalización política y social de Catalunya en beneficio de todos los catalanes y de todos los españoles. Todos debemos esforzarnos en superar frustraciones y asegurar y fortalecer la convivencia.
En el plano político, corresponderá actuar a los partidos. Con altura de miras, con voluntad de recomponer los cauces de diálogo, con disposición a la negociación y al pacto y, sobre todo, con mucha generosidad. Será muy importante, como siempre, pero más que nunca, el posicionamiento de los medios de comunicación acompañando ese esfuerzo de afirmación de la normalidad ciudadana e institucional.
Como empresarios nuestra mayor preocupación es el efecto que el proceso pueda tener sobre la economía catalana y el objetivo es mantener la posición de Catalunya como locomotora de la economía productiva española y de los procesos de adaptación tanto a la globalización como a la revolución 4.0, donde las empresas catalanas pueden ampliar protagonismo y capacidad de liderazgo.
Catalunya es la comunidad autónoma más exportadora, con un 25% de las ventas totales en exterior, que superaron en el 2016 los 65.000 millones de euros, casi el doble que la siguiente en el ranking, la Comunidad Valenciana.
Catalunya es también la comunidad autónoma que más turistas recibe. Un total de 18 millones durante el año pasado, también en torno al 25% del total.
Y es el destino del 20,7% de la inversión extranjera directa en España. Después de Madrid, es la segunda comunidad autónoma a la que llega más capital foráneo.
En la semana inmediatamente posterior al 1-O, Barcelona se convertirá en la capital mundial de la innovación industrial con la celebración simultánea de diferentes salones en la Fira de Barcelona, en los que se esperan más de 50.000 visitantes de todo el mundo.
Esa posición líder de Catalunya no debe ponerse en riesgo con planteamientos rupturistas. La globalización es una realidad y Catalunya puede mejor aprovecharse de ella gracias a su posición privilegiada dentro de España. Los empresarios catalanes deben aprovechar las indudables ventajas de ser España en su proyección internacional sin mengua alguna de su identidad catalana.
Continuar siendo ese polo de atracción de inversiones y proyectos empresariales requiere que Catalunya demuestre al mundo que la seguridad jurídica y la estabilidad política no están en riesgo.
Especialmente Estados Unidos es el primer inversor en España desde la década de los años 60 y las empresas americanas no sólo generan en Catalunya miles de puestos de
Catalunya debe proyectar una imagen de estabilidad y seguridad jurídica y fijar metas ambiciosas pero realistas
trabajo directo y de gran calidad, sino también enorme aportación de valor en el tejido productivo a través de sus proveedores, licenciados, distribuidores, agentes y franquiciados catalanes.
La economía catalana no sería igual sin la tecnología, los bienes y los servicios que aportan los inversores estadounidenses. Ninguna empresa estadounidense ha estado involucrada en un solo caso de corrupción en las últimas décadas y muchas aportan a la sociedad más allá del negocio gracias a generosos programas de responsabilidad social corporativa (RSC).
Esta inversión tan relevante debe renovarse constantemente, atrayendo nuevos avances tecnológicos y científicos y nuevas formas de hacer negocio, de modo que se mantenga la economía catalana en su grado más óptimo de eficiencia. Catalunya tiene enorme capacidad para atraer talento e inversión y no puede desaprovechar oportunidades en un mundo tan competitivo por falta de foco y ruido ambiental.
Asimismo, las pymes catalanas tienen una gran oportunidad en Estados Unidos. En los últimos tres lustros, las grandes empresas españolas han hecho un enorme esfuerzo inversor pasando de la total irrelevancia al noveno puesto por capacidad instalada en el primer mercado mundial.
Algunas de las empresas que han protagonizado este proceso son catalanas y marcan un camino que deben seguir todas aquellas compañías, especialmente pymes, que tengan el producto y la ambición de ser líderes globales.
Para muchos inversores España es hoy un caso de éxito. Ha mostrado enorme resiliencia para salir de la crisis financiera y durante varios años estará creciendo en el entorno del 3% sobre el producto interior bruto. Catalunya no es una parte incómoda de este caso de éxito. Por el contrario, es uno de sus buques insignia. Por ello, para obtener todos los réditos de este nuevo escenario, debe proyectar una imagen de estabilidad y seguridad jurídica y establecer metas ambiciosas pero realistas a partir del 2-O.