La Vanguardia

La hija de Liliane Bettencour­t ya controla L’Oréal

- BARCELONA

Françoise Bettencour­t Meyers puede respirar tranquila ya que definitiva­mente nadie más podrá abusar de su madre. Liliane Bettencour­t, la propietari­a del gigante de la cosmética L’Oréal, falleció ayer a los 94 años en su domicilio. “Mi madre se fue en paz”, dijo su hija en un comunicado. Desaparece la mujer más rica del mundo y la decimocuar­ta fortuna mundial con 39.500 millones de dólares (33.102 millones de euros), según la lista de Forbes del pasado mes de marzo. Su única hija ha aprovechad­o para expresar su absoluta confianza y apoyo al actual presidente de la empresa de cosméticos, Jean-Paul Agon, donde la familia Bettencour­t posee el 33 por ciento.

El anuncio del fallecimie­nto de Liliane Bettencour­t ha coincidido con la absolución de cinco periodista­s imputados por intromisió­n en la intimidad de la multimillo­naria al publicar el contenido de unas grabacione­s hechas en 2009 y 2010 por su mayordomo de entonces. Los jueces considerar­on que las grabacione­s se hicieron para proteger a la anciana y fueron determinan­tes para condenar a algunos miembros del entorno de Bettencour­t por abusar de su estado de debilidad.

Fue su hija, Françoise, la que en el 2007, tras la muerte de su padre, André Bettencour­t, empezó la batalla legal en los tribunales y que le llevó a enfrentars­e también con su madre, que la desheredó temporalme­nte. Françoise denunció al fotógrafo François-Marie Barnier, al que su madre conoció en 1987. Entones ella tenía 65 años y él 40. Liliane entabló una íntima amistad ya que el fotógrafo, homosexual, era hombre de mundo. En el 2007, cuando la hija de la millonaria le puso la denuncia, Barnier había recibido regalos por un total de mil millones de euros, incluidos una isla privada, una póliza de seguro y valiosas obras de arte. Tras el juicio el fotógrafo fue condenado a cuatro años de prisión, aunque sin pasar por la cárcel y a una multa de 375.000 euros. François-Marie Barnier, por su parte, acusó a la hija de Liliane de haber comprado a los testigos, aunque la fiscalía de París lo consideró infundado.

Liliane Bettencour­t también se vio implicada en otro escándalo, aunque de carácter político, por las sospechas de que había financiado a personalid­ades de la derecha, y en particular al expresiden­te

Liliane Bettencour­t, la mujer más rica del mundo, fallece en su domicilio de París a los 94 años

Nicolas Sarkozy. Pero la justicia absolvió al tesorero en la campaña para la elección de Sarkozy en 2007, el exministro Eric Woerth.

Liliane nació en París el 21 de octubre de 1922 y era hija del industrial Eugène Schueller, que en el primer tercio del siglo XX hizo de una pequeña empresa de tintes capilares el imperio de los cosméticos L’Oréal. A los 27 años se casó con André Bettencour­t, que llegó a ser ministro entre 1966 y 1973 con De Gaulle. En 1957 Liliane heredó la empresa de su padre. André se dedicó, con el paso del tiempo, a la gestión de L’Oréal, y al morir en 2007 esa responsabi­lidad pasó a Jean-Pierre Meyer, el marido de su única hija, Françoise Bettencour­t.

 ?? CHARLES PLATIAU / REUTERS ?? Liliane Bettencour­t del brazo de su única hija, Françoise, en el 2011
CHARLES PLATIAU / REUTERS Liliane Bettencour­t del brazo de su única hija, Françoise, en el 2011

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain