Elefantiasis paródica
Kingsman: El círculo de oro
Dirección: Matthew Vaughn Intérpretes: Taron Egerton, Colin Firth, Julianne Moore, Halle Berry, Mark Strong, Jeff Bridges, Channing Tatum, Pedro Pascal, Elton John Producción: Reino Unido, 2017.141 m. Kingsman:
The Golden Circle. Acción
La filariasis linfática, también conocida como elefantiasis, es una enfermedad en la que las piernas –u otras partes del cuerpo– se vuelven anormalmente grandes como resultado de un bloqueo en el sistema linfático. Trasladado al cine, o sea, sin sistema linfático de por medio, pero con mucho ego entrometido por todas partes, se puede decir que esta segunda entrega de Kingsman sufre de elefantiasis.
Pues se intuye la gracia de la primera, y como aquella está dirigida por el generalmente competente Matthew Vaughn. Pero ese encanto, su patrimonio, se dilapida en desmesuradas escenas, una tras otra. Estamos de nuevo ante una parodia de 007, de aquel Bond de Roger Moore, como la primera. Pero todo es más largo, que no mejor. Elefantiásico. Como si tuviera Vaughn que demostrar que él tiene la película más grande... Y aquí el tamaño importa. Lo que, con una cierta contención, hubiera resultado –el personaje enloquecido de Julianne Moore, como picadora de carne al por mayor; las escenas de acción completadas por la ironía, el magnífico Elton John– acaba por agotar, por cansino. Por repetitivo. Las bases secretas están ahí y las compuestas siguen abriéndose como la cueva de Ali Baba. Pero la magia brilla por su ausencia. Estrellas, sí. Muchas: Halle Berry, Jeff Bridges, Channing Tatum, el mismo sir Elton. Pero lejos de su prestigio: están, llenan minutos de pantalla. Bueno, menos Elton John, quizá, que gruñe superior. Sir Elton, de lo mejor de la cansina función. / S. Llopart