Un ejemplo que seguir
Si hay voluntad y se ponen los instrumentos adecuados, se pueden revertir los hechos. Es lo que ha ocurrido con la situación del oso en el Cantábrico, que de estar a punto de extinguirse ya se habla de recolonización. Las últimas estimaciones indican que en el Cantábrico hay entre 250 y 300 osos, cifras sorprendentes cuando este animal estuvo cerca de su extinción en los años 80 del siglo pasado y se preveía que en el 2000 ya no quedaría ni un ejemplar. ¿Cómo se ha conseguido? Gracias a políticas bien diseñadas y aplicadas y a un diálogo con el territorio que ha convertido el oso en emblema del próspero turismo de naturaleza. La lucha contra el furtivismo, la creación en 1988 del parque natural de Somiedo y otros en toda la cordillera con el sello europeo de la Red Natura 2000 diversificando la economía de la zona y el fomento de las actividades vinculadas al turismo de naturaleza han apuntalado el desarrollo socioeconómico en paralelo a la defensa del oso. Lo dicho, si se quiere, se puede. Pero hay que querer.