En la mente del presidente
El periodista Ramon Rovira disecciona la llegada del magnate a la Casa Blanca
Hace casi un año que Donald Trump sorprendió al mundo imponiéndose a Hillary Clinton en las elecciones estadounidenses más insólitas, y pese al avance de los meses, parece que nadie todavía termina por acostumbrarse a la presencia, el estilo y las ideas del magnate en la Casa Blanca. Al excorresponsal de TV3 en Washington Ramon Rovira también le desconcertó su victoria: durante las elecciones, se encontraba en pleno proceso de escritura de un libro sobre Hillary Clinton, a quien siguió de cerca durante la presidencia de Bill Clinton en su etapa como periodista en EE.UU. –entre 1996 y el 2001–, y quien tenía todos los números para convertirse en la primera mujer en liderar la primera potencia mundial.
Ese libro no ha llegado a ver la luz, pero en cambio, Rovira –que ahora es director de comunicación del Banc Sabadell– decidió lanzarse a intentar comprender la mente del vencedor de las elecciones mientras hacía una crónica de su primer año en la presidencia, buceando en sus obsesiones, su autoritaria manera de gobernar su imperio, sus relaciones personales y sus peores miedos. “Me di cuenta de que muchas de las cosas que ha hecho en política se explican por su vida, su pasado, sus relaciones personales y su manera de gestionar sus negocios”, explica a este diario.
Como resultado, a lo largo de 26 capítulos, su último libro, Yo, Trump (Ediciones B), se ha convertido en un análisis exhaustivo de la manera “errática” de actuar del presidente de EE.UU. y los diferentes frentes que ha abierto apenas llegar a la Casa Blanca, revolviendo las aguas de la guerra fría y bombardeando las políticas de la anterior administración demócrata. Para Rovira, los fracasos de Barack Obama –como no estrechar la división racial, no lograr regularizar a los millones de indocumentados o un mayor control de armas– ayudaron a la victoria de Trump. Pero también su “menosprecio de la verdad” y una “fuerte intuición” para interpretar las preocupaciones de una parte de la sociedad estadounidense. A su juicio, Trump se guía por dos principios, “el proteccionismo frente a la globalización económica y el aislacionismo contra el multilateralismo en política exterior”, marcados por su imprevisibilidad y la falta de experiencia.
A la espera de la visita de Mariano Rajoy mañana a la Casa Blanca, Rovira también disecciona el papel que tienen América Latina, México y España en la era Trump, y ve que para el magnate España no es un país prioritario en su agenda diplomática. Junto a que han pasado muchos meses hasta que el presidente español haya obtenido una entrevista con él, en su primera llamada le recordó que Madrid debe aumentar su presupuesto en Defensa. En este aspecto, Rovira recuerda que, a diferencia de Barack Obama –que se recorrió la península con su mochila en la espalda durante su juventud–, Trump sólo había visitado España en dos ocasiones, ambas en Barcelona, sin apenas moverse del gran hotel en que se alojó. En la segunda, se embolsó 450.000 dólares por una charla motivacional de una hora en el Palau Sant Jordi. Pero Trump también puede ser una gran oportunidad para España, apunta el autor, ante la posibilidad de aprovechar los vacíos que EE.UU. deja en su retirada de América Latina.