Internet de las cosas, o cuando dotamos de inteligencia a los objetos
El IoT es uno de los sectores que más crecen y la inauguración en septiembre del espacio de innovación THECUBE en Madrid afianza las buenas perspectivas
Hace unas semanas se inauguraba en Madrid THECUBE, el primer espacio de innovación centrado en el internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés). En sus 5.000 m2 se concentrarán startups, corporaciones tecnológicas y estudiantes relacionados con el sector. De hecho, será la sede del MIOTI (Madrid Internet of Things Institute), el primer instituto especializado en formación sobre internet de las cosas, que comenzará con sus programas de posgrado a partir de octubre. Mioti es uno de los proyectos creados en Unlimiteck, uno de los company builders más interesantes del país, y comenzará centrándose en los principales verticales del internet de las cosas, con laboratorios específicos como IoT industrial, vehículos autónomos, ciudades inteligentes, casas inteligentes y salud inteligente.
Estas noticias parecen ir en la línea de las previsiones que hacían los expertos a finales de 2016, cuando consideraron que el IoT sería el sector que más crecería este año. Un auge que ya reconocía en 2014 un informe del BBVA donde se apuntaba que “durante los próximos años, el internet de las cosas cambiará dramáticamente los productos que ahora usamos todos los días, junto con las empresas que los venden”.
UN SECTOR MÁS MADURO
A finales del año pasado, la consultora multinacional de negocio everis presentó su informe Tech giants, corporations and disruptive
start-ups: the truth of the IoT ecosystem, elaborado a partir del análisis de 13.000 start-ups. Según sus datos, el sector está madurando, ya que preveían un aumento de la inversión global en IoT un 15% para este año, mientras que el número de operaciones bajarían un 9%. Es decir, los inversores apostarían más pero en aquellas start-ups que les ofrecieran mayor seguridad. Y en este sentido, según everis, existe una alta probabilidad, para las start-ups creadas entre 2012 y 2014, de experimentar adquisiciones o de recibir inversiones de capital a corto plazo.
Además, el mismo documento afirma que los gigantes tecnológicos ya invierten en starups en fases iniciales para ganar ventaja competitiva. Y esto es así porque las start-ups son las que mejor saben adaptarse a la ola de innovación, pero, en general, tienen recursos limitados, mientras que los gigantes tecnológicos adolecen de falta de ideas y modelos disruptivos, pero sí tienen recursos. Con estas operaciones, las grandes compañías pueden penetrar en los mercados tradicionales con modelos disruptivos.
Como es habitual en el ecosistema, EE. UU. es el país que concentra el mayor número de start-ups especializadas en IoT, con más de 4.000 compañías que han recibido más de 26.000 millones de dólares en inversión; mientras que el continente europeo ocupa el segundo lugar, tanto en número de start-ups, unas 2.000, como en inversión.
Pero ¿qué es el internet de las cosas? El portal especializado startupxplore.com lo define como “un sector basado en las posibilidades que nos ofrece la tecnología a la hora de conectar entre sí distintos dispositivos para mejorar toda nuestra vida y nuestro entorno a diario”. El marco es enorme, porque los usos del IoT son infinitos y porque cada vez hay más objetos cotidianos conectados a la red. A través del internet de las cosas, podemos encender las luces de casa, poner la calefacción, hacer que el frigorífico nos haga la compra, monitorizar nuestra salud a través de wearables (relojes, camisetas… cualquier elemento con sensores y que podamos colocarnos encima). Y el potencial de negocio es tal que Ikea anunció, en marzo, su nueva TRÅDFRI collection, un conjunto de bombillas inteligentes que permiten a sus dueños controlar la iluminación de su hogar a través del teléfono móvil, algo que ya hacen otros fabricantes, pero no a un precio tan competitivo.
A pesar de que el 99% de las cosas físicas que nos rodean no están conectadas, según un estudio elaborado por la consultora Gartner, este año se alcanzarán los 8.400 millones de objetos conectados, un 31% más que en 2016, mientras que en el año 2020 la cifra llegará a los 20.400 millones de objetos. China, América del Norte y Europa Occidental serán, según Gartner, los motores del IoT, ya que es donde se sitúan el 67% del total de dispositivos instalados este año.
El auge de las smart cities y el avance de las tecnologías hacen prever que el número de dispositivos conectados a internet crezca exponencialmente en los próximos años. Pero, ¿qué pueden hacer los proyectos de IoT? Por ejemplo, Enevo es una start-up finlandesa que pretende hacer la recogida de basura más inteligente y barata, utilizando pequeños sensores inalámbricos para saber cuándo un cubo de basura está lleno. También CrowdOptic, en San Francisco, California, que utiliza tecnología patentada para triangular la posición de los objetos que smartphones u otros dispositivos están filmando. Su solución ya la están utilizando los servicios de bomberos para mejorar la toma de decisiones, porque dan a los comandantes una visión más clara de cómo evolucionan los incidentes.
También en México, la start-up Prysmex ha creado una solución mediante IoT para prevenir accidentes en minas, según informa la revista Forbes. El dispositivo, que se coloca en el casco del trabajador, se puede utilizar para trabajadores de la industria minera, petroquímica y manufacturera, para detectar gases ácidos, compuestos orgánicos volátiles, luz insegura, ruido, niveles de temperatura y cualquier riesgo laboral. Además, da información en tiempo real sobre la ubicación del trabajador.
ESPAÑA SE APUNTA AL IOT
En España está el ejemplo de Cooltivatech, una start-up madrileña especializada en la sensorización del sector agrario. Nacida en la Escuela de Telecomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid, ha creado una solución completa para dotar de inteligencia los campos de cultivo, con hardware, software, servicios de mantenimiento y consultoría propios. A través de sensores, consiguen monitorear en tiempo real el estado de los campos y sus necesidades fitosanitarias.
Otra start-up española relacionada con el IoT y que destaca la página web especializada startupxplore.com es Sensovida, un sistema de teleasistencia inteligente que combina IoT y big data, y que puede funcionar de forma pasiva, es decir, sin acción por parte del usuario, que solo debe llevar una especie de brazalete. La solución de esta empresa de Zaragoza estudia el comportamiento del usuario para generar un patrón de sus hábitos.
El sistema avisa automáticamente cuando identifica una anomalía que puede constituir una situación potencial de riesgo. Además, monitoriza al usuario las 24 horas, 365 días al año, y sus familiares pueden ver en todo momento y desde cualquier lugar la información de su actividad a través de la aplicación online. También analiza parámetros como el sueño y la actividad, y genera un informe de bienestar semanal que servirá como apoyo al diagnóstico a la hora de visitar al médico de cabecera.