Economía en suspenso
Los mercados siguen el choque institucional sin alterarse pero con mucha atención
Los mercados europeos no confían en que Catalunya se independice y están muy lejos de entrar en pánico, pero por si las moscas prefieren no realizar movimientos significativos hasta que la situación se clarifique.
“No hay nadie reduciendo su riesgo España. Nadie suelta nada. No hay un sell off –o proceso de ventas masivas de activos, sean acciones o bonos– a causa de la crisis política. Hay bastante preocupación, muchas preguntas, pocas respuestas y... wait and see (literalmente, esperar y ver, un compás de espera)”, aseguraba ayer un reputado bróker de la City que pide el anonimato. La semana del 1-O no ha sido la del juicio final de los mercados. De hecho ha sido más significativo lo que no ha pasado pese al enorme ruido de lo acontecido el domingo pasado y las jornadas posteriores, incluido el “paro de país” del martes.
Pero nadie ha perdido los nervios. La deuda ha estado tranquila porque los inversores siguen confiando en las empresas españolas y en el Tesoro de España, el país que lidera en estos momentos el crecimiento de la eurozona. La prima de riesgo, aunque dopada –es así desde hace casi tres años– por el Banco Central Europeo (BCE), sigue estando baja y sólo ha subido ligeramente esta semana.
¿Sólo en España estamos preocupados? Nada de eso. “Los mercados no son impresionables fácilmente y tratan de ser racionales, de ir a los datos. Y los datos son, ahora mismo, que hay una probabilidad bajísima, de entre el 0% y el 5%, de que Catalunya se convierta en un Estado independiente”, comentan desde un banco de inversión estadounidense. Por eso nadie vende por ahora, aunque sí que se toman medidas por precaución.
Por ejemplo, esta semana no ha habido emisiones de deuda. Ninguno de los grandes bancos ni grandes o medianas empresas cotizadas o no han acudido al mercado. ¿No podían hacerlo? Por supuesto que sí, pero, ¿para qué arriesgarse a fracasar o a pagar un precio más elevado? Mejor esperar. El único que se lanzó fue el Tesoro, con la subasta del pasado jueves, prevista en el calendario de emisiones que se hizo público en enero. Suspender la colocación hubiera enviado una pésima señal a los mercados. El Tesoro la mantuvo y no le salió mal. Se vio obligado a pagar un sobreprecio totalmente asumible y dejó claro a todo el mundo que la vida sigue.
Los hedge funds –fondos de gestión alternativa– lo ven exactamente así, al menos por ahora. “El riesgo es remoto. Hemos depreciado ligeramente nuestros activos españoles, tanto de bonos soberanos como de empresas, y poco más”, comenta un operador del mercado. “Lo único que alteraría de verdad los ánimos sería la declaración de independencia y la calle”, añade. Nuevamente, el problema para los mercados no es que Catalunya tenga un status jurídico propio, sino que el choque político y social eleve nuevamente el ruido, como tras el 1-O.
“Aunque crea que no va a pasar nada, todo gestor prudente debe cubrirse las espaldas en una situación así. Y, si hay DUI, serán mucho más complicadas las salidas a bolsa en España, las emisiones de bonos, el funding –la financiación– de los bancos”, reconocen el socio encargado del mercado de capitales de un despacho de abogados barcelonés.
En conclusión, los mercados están a la expectativa. Si hay una DUI y arde la calle, aunque se suspenda la autonomía y el Gobierno asegure que controla la situación, la economía sufrirá. La catalana, por supuesto, pero también la española. Los otros dos escenarios principales de los bancos de inversión –que todo siga igual por un tiempo prolongado o que se convoquen elecciones– serían más benignos para los negocios.
Al margen de los mercados, los efectos económicos de la crisis de Estado serán asumibles si la situación no empeora. “La incertidumbre me ha tumbado dos operaciones esta semana. El que ya está aquí, aguanta; pero el que tiene que poner dinero... ese, se espera un poco a ver qué pasa”, explica el abogado citado anteriormente. Es muy probable que el consumo y la inversión se vean afectados.
Lo notarán todos los sectores y en especial, los bancos. Los que tienen mayor exposición a Catalunya y el resto. Todos. La parte positiva es que España está creciendo a un ritmo del 3% o algo más y que el viento de cola del BCE aún soplará varios trimestres más. Es una suerte. “Más vale que no pase nada porque ahora estamos sacando la cabeza. Si vienen mal dadas, Catalunya saldrá peor parada a corto plazo, aunque a medio y largo, España se volvería mucho más ineficiente. Eso lo sabe todo el mundo”.
LOS INVERSORES, TRANQUILOS
En la City, nadie otorga opciones reales a la independencia, pero todo está en cuarentena
COMPÁS DE ESPERA
En la semana del 1-O, ningún banco ni gran o mediana empresa española emitió bonos