División en los nacionalistas escoceses sobre si pedir un nuevo referéndum
El dilema de Nicola Sturgeon es cuándo exigir a Londres un nuevo referéndum de independencia, si antes o después de concluidas las negociaciones del Brexit, y de que se sepa el tipo de futura relación que el Reino Unido tendrá con la UE. Es el gran tema del congreso del SNP (Partido Nacional Escocés) que comienza el lunes en Glasgow.
Los nacionalistas están divididos, debido al golpe que supuso la pérdida de 21 de sus 56 escaños en Westminster en las elecciones del pasado mes de junio. Las bases gritan referéndum ya, pero pesos pesados de la formación se preguntan si la estrategia más sensata no sería esperar hasta ver qué pasa con el Brexit, y cómo evoluciona la economía.
Un argumento a favor de adelantarse a los acontecimientos y demandar la nueva consulta para el 2020 (la idea original de Sturgeon) es que las encuestas indican una fatiga electoral del SNP después de una década en el poder, y la posibilidad de que pierda terreno en las próximas elecciones autonómicas. Seguiría siendo con diferencia el partido más votado, con un muy respetable 42% de apoyo, pero retrocedería cinco puntos y ni siquiera en coalición con los Verdes (también independentistas) tendría más escaños que el bloque unionista. Lo cual plantea un problema táctico.
El SNP está siendo castigado por el estado de la sanidad y la educación en Escocia, aunque su capacidad de acción se ve limitada por los programas de austeridad impuestos desde Londres. Los trabajadores del sector público exigen subidas de sueldo, y los sindicatos votarán esta semana sobre una huelga general. El Labour se está recuperando, y la tory Ruth Davidson es popular. Dicho todo esto, los escoceses –según sugieren las encuestas– siguen apoyando ampliamente la política de Sturgeon y el SNP sobre el Brexit, pero se muestran muy escépticos sobre la capacidad de Theresa May y su gobierno conservador de negociar un buen acuerdo con Bruselas. La gente no sabe si quiere otro referéndum de independencia, pero tiene muy claro que sí quiere otro sobre el Brexit. Aunque el país votó por 62% a 38% a favor de la permanencia en Europa, alrededor de un tercio de los seguidores del SNP son partidarios del divorcio.
Un sector del soberanismo cree que es mejor dedicarse a corto plazo a mejorar los servicios sociales y combatir la austeridad, y a consolidar la imagen del SNP como partido de gobierno, mientras se espera el desenlace del Brexit.