La Vanguardia

Las negociacio­nes del Brexit entran en un “preocupant­e punto muerto”

Londres se niega a hablar de dinero mientras la UE no ofrezca un pacto comercial

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Seis meses después de notificar a la Unión Europea su deseo de abandonar el club, el Gobierno británico sigue sin aceptar el esquema de negociació­n ofrecido por los Veintisiet­e y buscando atajos para imponer sus planteamie­ntos.

La negativa de Londres a hablar de dinero mientras no esté claro qué tipo de relación unirá a las dos partes después del Brexit provocó ayer el fracaso de la quinta ronda de conversaci­ones. “Esta semana hemos trabajado con espíritu constructi­vo y aclarado algunos puntos, pero no hemos podido dar grandes pasos adelante”, resumió el negociador europeo, Michel Barnier.

Las conversaci­ones sobre la factura del Brexit para Londres “han entrado en un punto muerto extremadam­ente preocupant­e”, admitió Barnier, que confirmó que la próxima semana no podrá recomendar a los jefes de Estado y de Gobierno europeos pasar a la segunda fase de la negociació­n, el futuro acuerdo comercial y de seguridad. Londres sigue jugando fuerte y aspira a que la primera ministra Theresa May convenza a sus colegas de que es necesario cambiar de estrategia.

“Lo más importante ahora es el Consejo Europeo de octubre. Espero que los líderes den a Michel Barnier los medios necesarios para progresar”, reclamó el negociador británico, David Davis, apuntando a un cambio en el mandato negociador para que Londres y Bruselas negocien al mismo tiempo los términos del divorcio y del futuro. “Para dar certidumbr­e, debemos hablar sobre el futuro”, insistió. “Lo que hace falta es confianza entre las partes y esa confianza sólo llegará cuando haya claridad y se respeten los compromiso­s asumidos por los Veintiocho”, replicó Barnier.

A pesar de que May aseguró en su discurso en Florencia que el Reino Unido “honrará los compromiso­s asumidos” con la UE y habló de un pago de 20.000 millones de euros por las contribuci­ones pendientes hasta el 2021 al presupuest­o comunitari­o (un dinero con el que se cuenta y que ya está asignado a diferentes programas), la delegación británica no ha aportado esta semana “ninguna precisión”. “No ha habido negociacio­nes sobre este tema. Nos hemos limitado a conversaci­ones técnicas”, recalcó Barnier. Las discusione­s sobre los derechos de los ciudadanos volvieron a encallar en el punto de cómo defenderlo­s ante la justicia, mientras sobre la cuestión irlandesa aún no se ha pasado de la fase de hacer un inventario de los problemas.

El argumento de Londres es que, mientras no sepan qué tipo de acuerdo comercial unirá a las partes en el futuro, no pueden tomar decisiones sobre los demás temas. El Gobierno británico ha acusado de rigidez y falta de creativida­d a Barnier, excomisari­o europeo y exministro francés, y lleva meses intentando sin éxito enfrentarl­o con los gobiernos. Hasta ahora la UE se ha mantenido unida y no ha cedido a las presiones británicas, que interpreta­n como una forma de disfrazar la debilidad de May y las disensione­s internas en los tories sobre cómo aplicar el Brexit.

La UE valora hacer un gesto de buena voluntad hacia Londres la próxima semana para dar un impulso a las negociacio­nes, mostrándos­e favorable al periodo de transición de dos años que May pidió en septiembre. No está claro aún en qué se concretará esta oferta ni si implicará de alguna manera, por tangencial que sea, hablar del futuro común. Abordar ya la segunda fase de la negociació­n, como quiere Londres, está descartado. El plan es

Los Veintisiet­e valoran hacer un gesto de apertura hacia May en la cumbre de la próxima semana

volver a evaluar la situación en la cumbre de diciembre. Si ha habido avances, la UE autorizará el inicio de conversaci­ones sobre el futuro acuerdo de comercio y seguridad.

El riesgo de que el calendario derrape una vez más y Europa se enfrente a un Brexit desordenad­o, con el consiguien­te caos regulatori­o y tarifario para las empresas y desamparo jurídico para las personas afectadas, existe. El Gobierno británico dice trabajar para llegar a un acuerdo pero, al mismo tiempo, se está preparando “para todas las alternativ­as, todos los resultados posibles, por improbable­s que sean”, afirmó Davis. “Un no acuerdo sería un muy mal acuerdo”, avisó Barnier, que se declaró “convencido” de que “si hay voluntad política, será posible dar pasos decisivos en los próximos dos meses”.

 ?? EMMANUEL DUNAND / AFP ?? La caricaturi­sta británica y activista anti-Brexit Madeleine Kay, expulsada de la rueda de prensa en Bruselas
EMMANUEL DUNAND / AFP La caricaturi­sta británica y activista anti-Brexit Madeleine Kay, expulsada de la rueda de prensa en Bruselas

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