Pelea entre ‘scouts’
Una decisión histórica. Nadie lo discute. Otra. El calificativo se repite frente al giro adoptado por los dirigentes de los Boy Scouts de Estados Unidos. Alcanzados 107 años de recorrido, el nombre de la organización se mantendrá, pese a quedar obsoleto para siempre. A partir del 2018 también aceptarán a niñas.
Pero, ¿qué hay detrás? Frente a ese paso en la democratización y la justicia social de una entidad dedicada a fomentar la confianza y la responsabilidad entre los menores, un paso dado en respuesta a lo que se les reclamaba dentro y fuera, también se constata un oportunismo puramente mercantil: abre la puerta a un incremento en sus registros, que ahora van a la baja.
No todos se sienten satisfechos, más allá de los grupos cristianos fundamentalistas, que de inmediato aprovecharon para publicitar actividades alternativas separadas por sexos y, sobre todo, “sin gais”.
Al margen de estos que parecen seguir en la caverna, la escritora Marilynne Robinson sostiene que “el premio es el placer de compartir una actitud que uno sabe que está socialmente aprobada”. Los vientos soplan en esa dirección e incluso sorprende que todavía se mantengan segregaciones por una cuestión de género. La decisión unánime de los Boy
Scouts of America “llega tras años de recibir requerimientos de familias y niñas”, señaló la entidad.
“La organización evaluó el resultado de numerosos esfuerzos de investigación en los que se buscó la opinión de los miembros actuales y líderes, así como de padres y niñas que nunca se han involucrado en nuestras actividades”, reiteró el comunicado.
Una vez que ellas se incorporen, las llamadas “guaridas” se mantendrán por sexos. Las adolescentes deberán esperar al 2019. De esta manera podrán convertirse en Eagle Scouts, el rango más prestigioso. Se someterán a programas diseñados especialmente para chicas. “Esta aproximación nos permite preservar la integridad de un solo sexo a la vez que atendemos las necesidades de las familias actuales”, indicó su nota.
“Las familias hoy están mucho más ocupadas y son mucho más diversas. Muchas están formadas por dos personas que trabajan fuera del hogar y hay más hogares monoparentales que nunca, por lo que hemos de ofrecer programas que ayuden a todos”, reiteró
Los Boy Scouts veían irreversible esta medida, después de ser muy criticados por su resistencia hasta el 2013 a dar la bienvenida a los homosexuales. La organización no podía involucrarse en otro conflicto con la prensa o los tribunales por la cuestión del género. Y, a principios de este año, facilitaron la pertenencia entre sus miembros a los niños transgénero.
Todo esto entra en lo loable. ¿Todos contentos? Pues no. Ya lo ratificó Molière, “las apariencias engañan la mayoría de las veces; no siempre hay que juzgar por lo que se ve”. Ya existe una organización denominada Girl Scouts of USA, que este pasado agosto expresó su malestar ante la prospección de lo que se anunció este miércoles por los boys.
En un comunicado sin citar a los otros, la entidad de las chicas scouts afirmó: “Somos la mejor organización en el mundo fomentando el liderazgo de las niñas, creado por y para las niñas”.
Ambos grupos han visto cómo caían sus adscripciones. Ellos cuentan con unos 2,3 millones de miembros, mientras que ellas son 1,5 millones. La pelea ya saltó el pasado agosto cuando Kathy Hopinkah Hannan, la presidenta de las Girls, hizo pública una carta en la que acusó a los otros de realizar maniobras encubiertas para reclutar niñas. “La necesidad de un liderazgo femenino nunca ha estado más claro que ahora y nuestra organización tiene la experiencia”, insistieron en su nota de esta semana.
El contrapunto lo puso el comediante Stephen Colbert. “¿Por qué no nos dejamos de esta cosa de ‘niños’ y ‘niñas’ y los llamamos por lo que son, criaturas con navajas a las que les enseñan a encender fuego?”.
Tras aceptar a gais y transgénero, la organización responde a una demanda social