El drama del matrimonio infantil
MILLONES de niñas en el mundo son forzadas a casarse a temprana edad, en muchos casos con hombres bastante mayores que ellas, en lo que constituye un drama silencioso que arruina sus vidas, ya que se las somete a algo para lo que no están preparadas, robándoles así la infancia. Enseguida tienen hijos, se han de hacer cargo de los trabajos de la casa, quedan bajo el dominio del marido, acostumbran a sufrir malos tratos y pierden toda oportunidad de estudiar y desarrollarse en igualdad de condiciones que los hombres.
El matrimonio infantil es un problema de dignidad humana que tiene una enorme dimensión. Se calcula que hay cerca de cien millones de niñas en el mundo que no están protegidas frente a esta costumbre social y cultural que rige en numerosos países, fundamentalmente de África, Latinoamérica y Asia. Cada día unas veinte mil son obligadas a casarse, según una investigación realizada por Save the Children con motivo del día internacional de la Niña.
En el reportaje que publica hoy la sección de Tendencias se explica la labor que realizan algunas oenegés para luchar contra el matrimonio infantil. El principal objetivo es que las niñas puedan permanecer en el sistema educativo hasta que sean mayores, ya que cuanta más educación reciban más probabilidades tendrán de defender sus derechos, de crecer saludablemente, de asegurarse un medio de vida y de tener hijos sanos que reciban a su vez una educación adecuada.
La organización Plan Internacional trabaja desde hace décadas para formar a las nuevas generaciones de niñas, en numerosos países, para que conozcan sus derechos y puedan desarrollar la fuerza, la energía y el conocimiento suficiente para construir un mundo sin diferencias y, por tanto, más justo. Como dice una de esas niñas, que ha estado invitada en España, “la educación es el único instrumento que tenemos para luchar contra la desigualdad y la discriminación. Si nadie me enseña que tengo una serie de derechos, si mis amigas tampoco lo saben, pues no podemos hacer nada ni pedir nada. Sólo aguantarnos con la vida que nos ha tocado vivir”.
El trabajo de Plan Internacional es extremadamente meritorio, pero lento y difícil, ya que se desarrolla de aldea en aldea y de niña en niña. Necesita el refuerzo de la comunidad mundial y de los gobiernos para luchar contra el matrimonio infantil y acabar con la cultura ancestral de muchas comunidades que lo propician. Habría que lograr, en este sentido, como propone Save the Children, que la edad mínima para contraer matrimonio se fije en 18 años en todo el mundo. Es una campaña que merece la ayuda y el apoyo de todos.