Lagarde defiende la renegociación del tratado de Libre Comercio
La integración norteamericana peligra por las políticas de Trump
Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), intentó ayer quitar hierro al pesimismo que empieza a extenderse en la asamblea del FMI y el Banco Mundial respecto a las cruciales negociaciones sobre el tratado de Libre Comercio (TLC) vigente entre Estados Unidos, México y Canadá.
El presidente estadounidense Donald Trump dijo el martes que EE.UU. puede retirarse del histórico acuerdo tras una reunión con el primer ministro canadiense Justin Trudeau, quien reconoció que puede ser necesario sustituir el histórico acuerdo de integración comercial en Norteamérica por sendos acuerdos bilaterales. El presidente de la Cámara de Comercio Estadounidense, Peter Donahu, denunció que el equipo de Trump ha puesto “píldoras envenenadas” en su propuesta de reforma para matar al tratado.
Pero Lagarde pidió calma ayer. Incluso aplaudió la decisión de la Administración Trump de exigir la renegociación del TLC. “No es extraño que, tras 20 años, se decida ir por debajo de la piel de un tratado para averiguar qué es lo que funciona y que es lo que no funciona”. Fuentes del gobierno mexicano intentaron contrarrestar el bajo estado de ánimo al asegurar que había un tono mas conciliador del equipo de Estados Unidos tras las declaraciones deTrump en una entrevista en la revista Forbes en la que el presidente dio por muerta el histórico acuerdo.
Si las negociaciones formales sobre el TLC se encuentran en un momento complicado, se confía en el backchannel –una vía de comunicación trasera– entre la Administración mexicana de Enrique Peña Nieto y la Administración de Trump, gracias a la estrecha amistad entre el ministro de Exteriores mexicano, Luis Videgaray, y el yerno de Trump, Jared Kushner.
Pese a todo ello, crece la alarma por el futuro de la integración de las economías de Norteamérica (EE.UU. Mexico y Canada) y sobre todo el impacto que un desacuerdo pueda tener sobre México. Lo extraordinario en esta asamblea del FMI, –la primera reunión anual del fondo desde la elección de Donald Trump hace casi un año– , es hasta qué punto se cree posible el derrumbamiento de una piedra angular del sistema de bloques regionales de liberalización comercial.
Tras el bombazo del Brexit, se empieza a asimilar otro posible revés para el proyecto de globalización que el FMI abandera. La tercera ronda de negociaciones sobre el TLC, en el hotel Sheraton en Arlington, al otro lado del río Potomac, se ha alargado hasta el próximo martes, una señal de que, pese a lo que afirma Lagarde, no va precisamente sobre ruedas.
Lo verdaderamente preocupante para las instituciones multilaterales en Washington son las condiciones exigidas por el el secretario de comercio Wilbur Ross. Estas incluyen elevar radicalmente el porcentaje de componentes fabricados en Estados Unidos en todos los productos, sobre todo automóviles, que pasan por la cadena de suministro transfronteriza. Ross quiere permitir también que cualquiera de las tres firmantes de un nuevo acuerdo pueda retirarse sin sanción. Estos requisitos se consideran inviables. El fin del TLC, firmado por las administraciones de Bill Clinton y Carlos Salinas en 1994, supondría la vuelta de aranceles de entre el 25% y el 75% sobre exportaciones de alimentos.
El impacto negativo para México del colapso del TLC es difícil de infravalorar. Maurice Obstfeld, el economista jefe del FMI, lo explicó el martes: “Existe un riesgo significativo para México; las dificultades en las negociaciones del TLC históricamente van relacionadas con la debilidad del peso”, añadió. La divisa se sitúa en sus cotización mínima de los último meses, lo cual genera problemas para la financiación de su deuda en un momento de subidas de tipos en Estados Unidos.
Incluso los viejos enemigos del
México sería el principal país damnificado en el caso de que el acuerdo no acabe siendo renovado
TLC, los sindicatos de EE.UU. , se muestran preocupados. “Yo siempre he dicho que el TLC fue una mala idea porque no tiene garantías para los derechos laborales, medioambientales y humanos; pero después de 25 años los tres países firmantes están totalmente integrados y si lo desmantelan las consecuencias económicas serán catastróficas”, dijo Jeff Faux, el fundador del Instituto de Política Económica (EPI), un think tank vinculado a los sindicatos en Washington. Faux cree que se llegará a un acuerdo porque “si cae el TLC, ganará el candidato de la izquierda Andrés Lopez Obrador en las elecciones mexicanas del año próximo, y Trump no quiere eso”.