Tres Torres denuncia el ninguneo del Ayuntamiento
Uno de los rincones más pudientes de Barcelona subraya que la falta de inversiones acentúa la degradación de su espacio público
Vecinos de Tres Torres denuncian que el suyo es el barrio más ninguneado del distrito más olvidado de Barcelona. Que en este lado de Sarrià-Sant Gervasi son víctimas del llamado “clasismo inverso”. Al menos esta fue la expresión que un consejero de BComú empleó en un encuentro con representantes de la asociación de vecinos que se quejaban de la poca atención del entonces concejal del distrito Gerardo Pisarello. Y este clasismo inverso se traduce en aceras ínfimas, pavimentos provisionales que se eternizan, cables que pendulan con el viento, postes telefónicos clavados frente a los pasos de cebra, zonas de juegos infantiles sin un firme de caucho que amortigüe los golpes... en un rincón de la ciudad de 0,8 km2 donde una población de poco más de 16.000 personas presenta una renta familiar y un porcentaje de titulados con estudios superiores que doblan los respectivos índices de toda Barcelona. Aquí la lista de equipamientos se reduce a un mercado y una biblioteca.
El actual concejal de Sarrià-Sant Gervasi, el socialista Daniel Mòdol, dice que el distrito trata de revertir esta situación. “Entendemos que el gobierno de Ada Colau tenga otras prioridades –dice Luis Tusell, presidente de la asociación de vecinos– pero por ahora la principal inversión municipal en el barrio en este mandato es un carril bici cuesta arriba en la calle Ganduxer que nadie pidió porque su papel ya lo cumple el de Doctor Fleming. Nos enteramos del proyecto por casualidad: una ampa pidió al Ayuntamiento que retirara unos contenedores y respondieron que así lo harán porque ahí pondrán un carril bici. Nadie nos consultó. Y lo que necesitamos son aceras más amplias para los escolares, que retiren los postes y papeleras que dificultan el acceso a los pasos de cebra, que se estudie la peatonalización del entorno del mercado para potenciar la zona y el comercio de proximidad...”.
No hace mucho, tras una visita a Tres Torres, la Síndica de Greuges recomendó al gobierno de Colau que haga más caso a los representantes vecinales, que se plantee una revisión del estado del espacio público, que no se olvide los compromisos de los anteriores equipos municipales... Además, esta tarde, en el pleno del distrito, el grupo Demòcrata preguntará al gobierno municipal si tiene previsto llevar a cabo alguna actuación en Tres Torres, si acaso este barrio seguirá a la cola de las inversiones municipales.
Los demócratas también pedirán a la alcaldesa que abra un proceso participativo para que los vecinos consensúen la nueva red de carriles bici de sus calles. “Que en este barrio viva gente que gana más dinero no excusa que su espacio público sea de peor calidad –dice Tusell–. En el mandato anterior se acordaron varias mejoras, pero tras las elecciones municipales quedaron en el aire”.
El concejal de Sarrià-Sant Gervasí, el socialista Mòdol, reconoce que dirige el distrito con menor inversión del Ayuntamiento de Barcelona y que esta circunstancia se acentúa en Tres Torres debido a una falta de suelo público que dificulta el gasto. Pero Mòdol también subraya que ahora el Consistorio está marcando un punto de inflexión. “La inversión municipal prevista en el distrito hasta que termine el mandato se está incrementando en una cuarta parte desde hace poco más de un año”. Mòdol se refiere al momento en que los socialistas entraron en el gobierno. “Ahora, en lo que se refiere al mantenimiento y mejora del espacio público, Tres Torres ya no está a la cola. Intentamos hacer en apenas dos años lo que normalmente se hace en cuatro, pero hoy en día, en Tres Torres, sólo disponemos del solar de la calle Dalmases, donde queremos, para mitigar el déficit de equipamientos, levantar uno de unos 1.000 m2, quizás un centro cívico, antes del fin del mandato. También estamos estudiando aprovechar la altura del mercado municipal para instalar un altillo que pueda emplearse como equipamiento”. Hablamos de una petición vecinal que el gobierno de Colau descartó a principios de mandato. “Además, estamos atendiendo viejos problemas del barrio, como la proliferación de postes que dificultan el paso. Pero las gestiones con las compañías de suministros son lentas y complicadas”.
El edil Mòdol trata de revertir la situación: “El gasto creció un 25% el último año”
La Síndica recomienda al gobierno municipal que también atienda las quejas de estos vecinos