La Vanguardia

C. Urbano de Sousa

MINISTRA PORTUGUESA

- ANXO LUGILDE Santiago de Compostela

Los más de 100 muertos y el medio millón de hectáreas ardidas en lo que va de año, el equivalent­e al 5 por ciento del territorio de Portugal, forzaron ayer la dimisión de la ministra de Administra­ción Interna, Constança Urbano de Sousa.

Los más de 100 muertos y el alrededor medio millón de hectáreas ardidas en lo que va de año, el equivalent­e al 5% del territorio de Portugal, se llevaron ayer por delante a la ministra lusa de Administra­ción Interna, Constança Urbano de Sousa, a quien acabó por derribar el muy duro discurso televisivo contra el Gobierno que pronunció el martes por la noche el presidente de la República, el conservado­r Marcelo Rebelo de Sousa. Tras tener que dejar caer a su estrecha colaborado­ra Constança Urbano, el primer ministro, el socialista António Costa, pidió ayer perdón a los portuguese­s por el que ya es el peor año de incendios forestales.

“No voy a hacer juegos de palabras. Si quiere oír una petición de disculpas, yo pido disculpas”, manifestó Costa ayer en el Parlamento, a instancias del portavoz del partido conservado­r PSD, Hugo Soares. No obstante, el primer ministro explicó que el concepto del perdón lo reserva para su ámbito privado, mientras que en su condición de gobernante aplica la responsabi­lidad.

“Sé que viviré con un peso sobre mi conciencia hasta el fin de mi vida”, añadió Costa de un modo que recordó al discurso del presidente de la República. “Los más de 100 muertos no saldrán de mi pensamient­o, como un enorme peso en mi conciencia, afirmó el jefe del Estado, que admitió que marcarán su mandato.

Marcelo Rebelo de Sousa apromonte vechó la moción de censura presentada por el CDS, el partido pequeño de la derecha, y que se debatirá la próxima semana, previsible­mente sin condicione­s para triunfar ante la mayoría de centroizqu­ierda, para instar al Parlamento a que, en caso de mantener la confianza en el Gobierno abra un nuevo ciclo político, con la lucha contra los incendios como máxima prioridad.

Y ayer Costa recogió tres de las peticiones que le hizo el presidente, la de la destitució­n de la ministra, aunque no la citase expresamen­te, la crear de una línea de ayudas de emergencia para las víctimas del incendio de Pedrógão de junio y el aumento de los recursos para el bosque en el presupuest­o del año próximo.

La gran apuesta del primer ministro ante la oleada de incendios de este año ha sido la acelerar la reforma forestal que había presentado en el 2016 en el Parlamento y que se desbloqueó este verano.

Incluye la prohibició­n de ampliar la superficie ocupada por eucaliptos y la elaboració­n de un catastro de la propiedad del monte. Esa estrategia de afrontar los problemas estructura­les del contribuyó a que Costa, en una etapa de bonanza económica, saliese sin desgaste del mortífero incendio de Pedrógão, que se cobró 64 vidas, y que pudiese mantener en el cargo a Constança Urbano, cuyo puesto equivale al del ministro del Interior en España.

Pero lo que más ayudó a Costa fue el desaforado ataque del aún jefe de la oposición y exprimer ministro Pedro Passos Coelho, líder del PSD, que denunció falsos suicidios por los incendios. El PSD también acusó sin pruebas al Gobierno de ocultar decenas de víctimas mortales. Esta suicida actuación le dio oxígeno a Costa y acabó por hundir a Passos, que tras su fracaso en las municipale­s del pasado 1 de octubre, renunció a seguir liderando el PSD.

Pero después de su éxito electoral local, el Gobierno de Costa fue desbordado por la oleada de incendios que afectó a Galicia y Portugal el pasado fin de semana. A partir de los datos de los satélites europeos, el Expresso cifraba ayer en 506.000 hectáreas la superficie ardida en lo que va de año en Portugal, superior al anterior máximo histórico, el de las 425.000 hectáreas del 2003.

Los más de 100 muertos y el medio millón de hectáreas ardidas han dejado en evidencia al Gobierno

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 ?? PABLO BLAZQUEZ DOMINGUEZ / GETTY ?? António Lopez frente al establo en el que murieron sus cuatro vacas durante el incendio en Vila Nova (Portugal)
PABLO BLAZQUEZ DOMINGUEZ / GETTY António Lopez frente al establo en el que murieron sus cuatro vacas durante el incendio en Vila Nova (Portugal)

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