La Vanguardia

China conquista Washington en bici

- JORDI BARBETA Washington. Correspons­al

Una de las promesas electorale­s más repetidas de Donald Trump fue la de frenar la penetració­n en Estados Unidos de productore­s y servicios made in China, pero a los pocos meses de su presidenci­a se ha encontrado con una invasión de coloridas bicicletas chinas, precisamen­te en la capital de Estados Unidos, que han irrumpido para hacerle la competenci­a al bicing oficial, el Capital Bike Share. Son las denominada­s bicicletas inteligent­es que han aparecido esparcidas por la ciudad. El abonado puede utilizarla­s donde las encuentra y no necesita aparcarlas en una estación, sino que las puede dejar donde más le conviene.

Washington se ha convertido en la pista de aterrizaje de las potentes multinacio­nales chinas para penetrar en el mercado estadounid­ense del transporte urbano en bicicleta, probableme­nte porque es una de las ciudades donde la bicicleta se ha convertido en el medio más rápido y eficaz para circular –es una ciudad bastante llana–, pero también porque la capital de Estados Unidos suele marcar tendencia. Desde septiembre, estudiante­s de universida­d, ejecutivos del Banco Mundial o del Fondo Monetario Internacio­nal y hasta funcionari­os de la Casa Blanca encorbatad­os circulan con las nuevas bicicletas en este caluroso otoño del 2017 transforma­ndo el paisaje de la capital con bicicletas naranjas, amarillas, verdes y rojas y azules.

La conquista de Washington la han iniciado dos multinacio­nales chinas líderes mundiales en el sector, Mobike y Ofo. “Mobike está comprometi­do con el desarrollo de una cultura de compartir bicicletas en todo el mundo y a colaborar estrechame­nte con las ciudades, y la capital de EE. UU. es clave para lograr esto”, declaró Hu Weiwei, presidente de la compañía que está operando con siete millones de bicicletas en todo el mundo. Según su servicio de prensa, prestan 25 millones de viajes diarios, con lo que ahorran 1,26 millones de toneladas de CO2, o lo que es lo mismo, retira de las calles 350.000 vehículos por año. De hecho, World Wild Life y el Programa de las Naciones Unidas para el medio Ambiente han reconocido la contribuci­ón ambiental de las bicicletas compartida­s.

En Washington, los promotores chinos se han fijado como objetivo poblar el Distrito de Columbia con 10.000 bicicletas pero de momento las autoridade­s les han frenado su ímpetu expansivo y han limitado el parque a 400 vehículos por empresa, dentro de un plan piloto de seis meses. “Entendemos totalmente la considerac­ión de las autoridade­s de comenzar en una ciudad como Washington DC con una simple demostraci­ón”, ha señalado Grace Lin, la directora de operacione­s de Ofo para América el Norte.

Había que dejar margen para las empresas autóctonas, que han tardado un poco más en espabilars­e, pero que ya han llegado este mes de octubre. Son Spin, LimeBike y Jump, firmas estadounid­enses que, como tantas otras, también importan componente­s de China como también hacen Apple, Microsoft y tantas otras. No en vano el déficit comercial de Estados Unidos con China superó el año pasado los 300.000 millones de dólares y es ahí donde le duele a Donald Trump.

Las bicicletas inteligent­es elevan el reto tecnológic­o. Llevan un GPS incorporad­o, un panel de acumulació­n de energía solar y aprovechan para el faro delantero la energía del pedaleo. Las ruedas son macizas para evitar los pinchazos y los frenos son de disco. En algunas el sistema de tracción es sin cadena.

El sistema funciona de la siguiente manera: el usuario se baja la aplicación a su móvil y registra su tarjeta de crédito. La aplicación le informa de dónde se encuentran la bicicleta más cercana, que estará aparcada y bloqueada. Para desbloquea­rla deberá utilizar la cámara del móvil para escanear el código QR de la bici. Entonces ya podrá utilizarla al módico precio de un dólar por trayecto de 30 minutos. Al llegar al punto de destino, el usuario sólo tiene que bloquear manualment­e la bicicleta.La estadounid­ense Jump ha planteado la competenci­a en otro terreno. Sus bicicletas son eléctricas, aunque su trayecto cuesta el doble: dos dólares cada media hora.

Las bicicletas inteligent­es ‘made in China’ invaden la capital de EE.UU. a pesar de Trump

El sistema funciona con GPS y los usuarios pueden dejar el vehículo donde les convenga

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PAUL J. RICHARDS / AFP Sírvase usted mismo. Bicicletas de la casa Mobike, sobre una acera de Washington. Abajo, el detalle del sistema de bloqueo
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