El ‘petit comité’ de la Moncloa y Ferraz
Sólo un reducido equipo de colaboradores participa en la negociación directa que mantienen Rajoy y Sánchez
Tras pasar toda la jornada en Galicia, donde visitó varias de las zonas afectadas por los incendios, Pedro Sánchez se reunió a última hora de la tarde del martes en la Moncloa con Mariano Rajoy, según desveló ayer el propio líder del PSOE en Bruselas. La negociación entre ambos sobre el contenido y el alcance de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya, en función de la respuesta final que hoy remita Carles Puigdemont al requerimiento del Gobierno, no está en todo caso cerrada. Y Sánchez tiene previsto proseguir hoy con su intensa agenda en la capital comunitaria, pero con hilo directo permanente con Rajoy, a través del teléfono, en función de la decisión final que hoy adopte el Gobierno en respuesta a la posición que manifieste el presidente de la Generalitat.
La interlocución entre Rajoy y Sánchez respecto a la aplicación del 155, en caso de que Puigdemont “no les deje otra alternativa”, es directa y sin intermediarios. La mayor parte de las veces cara a cara, en cenas o reuniones discretas y sin publicidad como la del martes y otras previas, o en conversaciones telefónicas. Pero toda la negociación se está llevando a cabo en petit comité.
Sólo un reducidísimo equipo tanto en el Gobierno y en el PP como en el PSOE participan en ella. Rajoy, de hecho, lleva las riendas de la negociación mano a mano sólo con su vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría.
Desde la Moncloa se han solicitado informes a todos los ministerios, pero ni los propios ministros están al tanto de todos los exinstancias tremos de la negociación. Rajoy, a su vez, también informa de la situación a un grupo muy reducido de miembros de la dirección del PP. Y también mantiene informados al delegado del Gobierno en Catalunya, Enric Millo, y al presidente del PP catalán, Xavier García Albiol. Poco, o nada más.
Pedro Sánchez, por su parte, mantiene con absoluta discreción sus negociaciones con Rajoy hasta en la propia ejecutiva federal del PSOE, que le otorgó un voto de confianza al entender que había que evitar las filtraciones a toda costa. De hecho, apenas cinco dirigentes, según confirman altas socialistas, están al tanto de todos los extremos de la negociación.
Este reducido equipo lo componen, en Ferraz, la exministra andaluza Carmen Calvo, y el veterano José Enrique Serrano, que fue jefe de gabinete de Felipe González y luego de José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, y también asesoró en todas las operaciones de Estado a Alfredo Pérez Rubalcaba y a Pedro Sánchez durante sus mandatos al frente del PSOE. Junto a ellos, Sánchez tiene en su equipo negociador con el Gobierno también al exlehendakari y expresidente del Congreso Patxi López, y a la coordinadora de los diputados del PSC en el Congreso y secretaria adjunta en la dirección del grupo socialista, Meritxell Batet.
Además, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, también está en la primera fila de la negociación desde Barcelona. De hecho, en la anterior reunión de Sánchez y Rajoy en la Moncloa tras recibir la primera respuesta de Puigdemont al requerimiento del Gobierno, el pasado 10 de octubre, Iceta fue informado desde el propio despacho del presidente del Gobierno.
Pese a la interlocución directa entre Rajoy y Sánchez, existen otros niveles de interlocución. Así, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, habla muy a menudo con Miquel Iceta. También con Patxi López.
Miembros de la ejecutiva del PSOE en Ferraz admiten, así, que la información, cuando les llega, es con cuentagotas. “Pedro debe tener muy acordado el alcance y los plazos del 155 con Rajoy, pero sólo lo saben muy pocos en el PSOE”, admite un secretario ejecutivo. La información, pues, la va distribuyendo “por capas”, situación en la que también se encuentran la mayoría de los presidentes autonómicos del PSOE.
En Ferraz, además, también hay dirigentes que rechazan la aplicación del 155, porque piensan que no es la solución y que sólo empeorará el problema, así que ni están ni quieren estar en las negociaciones con el Gobierno.
La interlocución entre Rajoy y Sánchez es directa y sin intermediarios para evitar toda filtración
Las informaciones de la negociación llegan con cuentagotas al PSOE y al PP: impera la discreción absoluta