El proceso como drama trepidante
Emma Suárez no es la única que, en el mundo del cine, ve el proceso como un guión de película, es decir como una sucesión de acontecimientos irreales. Y si ella asocia el conflicto a las tragicomedias surrealistas de Luis García Berlanga, el codirector de Handia,
Jon Garaño, lo ve como un drama y una serie. O como un filme en el que “cada día ocurre algo nuevo”. “Se diría que hay un guionista detrás”, comentaba ayer en la antevíspera del estreno de su obra, la cual acaba de ganar el premio especial del jurado en el Festival de San Sebastián. “Lo que está pasando en Catalunya es dramático pero también muy narrativo”, insistió. El cineasta, que en
Handia comparte rótulo de dirección con Aitor Arregi y vuelve asimismo a formar equipo con el guionista y también creador de la exitosa Loreak , se asombró hace unos días en Londres cuando comprobó que el chófer británico de la organización sabía casi más que él –asegura– del conflicto catalán. Como Emma Suárez, Garaño no rehuyó ayer el asunto aunque quitara plano a su película: una cuidada producción que narra la historia y leyenda del
Gigante de Altzo, Miguel Joaquín Eleizegui, personaje real de un caserío vasco en el siglo XIX. De la mano de su hermano Martín, que a su vuelta de una de las guerras carlistas lo encontró crecido por encima de los dos metros, Joaquín exhibió su prodigioso físico por distintas ciudades de España y Europa para sacar a su familia de la miseria. La cinta se centra en la complicada relación fraterna y