La incertidumbre política atenaza al sector inmobiliario
El temor al desenlace de la cuestión catalana se impone a los buenos indicadores económicos en el salón Barcelona Meeting Point
Los informes mensuales todavía reflejan un aumento de las operaciones de compraventa en Barcelona y la subida imparable de los precios de alquiler. Pero una cosa son los números de los papeles y otra las percepciones desde el 1 de octubre. Un cliente que no firma la compra y prefiere dejar perder el anticipo, una promotora que tiene sobre la mesa la adquisición de suelo a buen precio pero no se atreve a ejecutarla pese a que lo considera una gran oportunidad... en cada stand del salón inmobiliario Barcelona Meeting Point tienen alguna historia por explicar de los últimos 15 días en los que la incertidumbre y el temor al camino que pueda tomar Catalunya se han impuesto a los indicadores macroeconómicos positivos.
La directora comercial de la inmobiliaria Amat, Maria Jesús Cebrián, recuerda que “la compra de una vivienda ya suscita normalmente razonables dudas y este panorama las acrecienta todavía más”. El colectivo en que más se nota es el de los extranjeros que compran en Barcelona como segunda residencia o como inversión. Son los que aguantaron lo que quedaba del sector en los peores años de la crisis. “Ven que pueal de haber problemas e inestabilidad y las operaciones se han frenado a la espera de lo que pase en los próximos días”, resume Cebrián. La filial española de la promotora internacional Stoneweg Living lo ratifica. “El inversor antes veía una oportunidad y se metía de cabeza. Desde hace quince días está indeciso y no compra”, explica Davinia Benito.
“La inseguridad jurídica no ayuda, este tipo de comprador es muy miedoso”, apunta Juan Velayos, consejero delegado de Neinor Homes. Su promotora inmobiliaria tiene como principales clientes a los compradores locales y esos siguen dispuestos a adquirir una vivienda si lo necesitan, aunque también se lo piensan más. “En un mes de octubre normal podríamos cerrar entre 60 y 70 ventas, este mes quizás nos quedamos en 30 o 40”, resume Velayos.
La promotora inmobiliaria Aedas es una de las novedades del salón Barcelona Meeting Point de este año. Precisamente a principios de octubre empezaron a comercializar uno de sus proyectos estrella, una torre con 62 viviendas en la plaza Europa de l’Hospitalet con espaciosos balcones. “Ha habido más interés que reservas”, reconoce Ángel Fernández, ge- rente de las promociones de la compañía en Catalunya. En cambio, de las 30 viviendas con grandes zonas comunes ideales para familias con niños que pusieron a la venta en septiembre en Sant Just Desvern se reservaron más de la mitad en apenas unos días. La responsable de estudios del portal inmobiliario Fotocasa, Beatriz Toribio, define esa caída apuntada por diversos actores del sector como una “ralentización” tanto en el mercado de compraventa como de alquiler.
El incierto devenir del sector ocupaba todas las conversaciones entre los asistentes profesionales salón que se celebra en el palacio 8 de Fira de Barcelona en Montjuïc hasta el próximo domingo. Unos ven el vaso medio lleno, otros medio vacío... pero todos coinciden en que lo sucedido durante las tres últimas semanas no tiene por qué marcar una tendencia a largo plazo si el desenlace del conflicto político es beneficioso para los mercados.
La inauguración tampoco escapó de ello. El ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, fue el encargado de inaugurar el salón acompañado de la consellera de Governació, Administracions Públiques i Habitatge, Meritxell Borràs. Era la primera vez que se encontraban miembros de los dos ejecutivos esta semana. De la Serna destacó que el sector “está
Los inversores extranjeros aplazan las operaciones pendientes y el crecimiento del cliente local se ralentiza
asustado” y achacó a la situación política la paralización de inversiones que relatan los diferentes agentes económicos. En cambio, Borràs atribuyó los problemas a “las imágenes de agresiones y represión”.
Sea como sea, los organizadores del salón presentaron un dato que no invita precisamente al optimismo. Los años más difíciles parecían haber quedado atrás, pero el número de inversores internacionales presentes en la feria “ha caído un 20% respecto al año pasado”, según Jordi Cornet, presidente del salón y delegado especial del Estado en el Consorci de la Zona Franca. Son bajas de última hora fruto de la inestabilidad política. Los expositores, en cambio, han crecido. La reserva de espacio se realiza con meses de antelación y aunque en los últimos días han sido muchas las llamadas de inquietud, no ha acabado faltando nadie.