El arte de gestionar
Gestión del encuentro. Creo que ya hace tiempo que los aficionados blaugrana que desconocían las características de Valverde se han dado cuenta de que es un hombre que no deja nada en manos del azar. Es un perfeccionista y como tal es intervencionista. Sabe que cualquier actitud suya puede ejercer o tener una influencia para bien o para mal en el futuro. Y por este motivo no le asusta tomar decisiones, partiendo de la máxima de que la peor decisión es no tomar ninguna. Quizás la que más sorprendió a todo el mundo fue la sustitución de Deulofeu cuando se había mostrado como el jugador más incisivo, había influido en el gol y parecía que era un encuentro para reencontrase, después de muchos minutos alejado del terreno de juego. No sé si el canterano tenía alguna molestia, pero seguro que la razón de peso fue que Valverde quería ganar a través de la optimización del rendimiento de sus jugadores y no a través de la debilidad del rival. El Olympiacos se mostró muy flojo durante la primera mitad pero frente a 10 contrarios podía ser que no se mostrara igual. Ante la duda, responsabilidad tomando decisiones.
Vaya tela, Olympiacos. Que imagen tan triste la de los griegos. Saltaron con una disposición de líneas que favorecía el robo azulgrana en campo propio. Una línea de cuatro en defensa, cinco hombres en medio campo y un solo punta. Un sistema que te garantiza sufrimiento extremo en la salida de balón ya que cuando robas no encuentras referencias, un solo hombre por delante que aparece con luces de neón para identificarse pero estos también avisan a los defensores. Entendiendo que esta situación es ineludible, la presencia de tantos hombres por detrás del balón en campo propio debe garantizar la intensidad y movilidad extrema. Con acompañamientos en la marca hasta que lo coge otro compañero que se responsabiliza de tu jugador. Es decir intersecciones de jugadores entre las líneas y vuelta a recuperar el orden defensivo. De todo esto el Olympiacos no hizo nada de nada. Hasta el punto que un jugador fuerte como Paulinho en su desdoblamiento desde la segunda línea, parecía un profesional enfrentándose
a unos juveniles.
Gestión de Deulofeu. Siempre he pensado que la manera de ser titular en un equipo donde el entrenador no te suele poner de titular, es obsesionarte por hacerle feliz en los entrenamientos pero amargarlo cuando esté en la intimidad. Que te vea obediente y receptivo en todo aquello que te corrige, pero a su vez hacerle sentir al entrenador que es injusto, cada vez que va a abrir la puerta de su casa y se acuerda que no te da oportunidades. Deulofeu lo primero que debe entender es que Valverde no es el responsable de su sustitución, sino las dinámicas del fútbol. Valverde es el entrenador que te ha dado la oportunidad de disputar 45 minutos. Si no hace lo primero se convierte en víctima y así nadie es titular en el Barcelona. Si hace lo segundo, Valverde se acordara de él cuando vaya a abrir la puerta de su casa.
A Valverde no le asusta tomar decisiones, es un perfeccionista y como tal, intervencionista