Airbus lanza su desafío a Boeing al hacerse con Bombardier
La guerra de los fabricantes de aviones toma cuerpo. Boeing está digiriendo la noticia de que el consorcio aeronáutico europeo Airbus se hizo el pasado martes con el 50,1% del canadiense Bombardier para desarrollar la serie C de pasillo único, con planes de fabricarlo en Alabama (EE.UU.).
La operación desbloquea una situación delicada, después de que Washington, bajo presión de Boeing, decidiera aplicar unos aranceles del 220% sobre las importaciones de aviones de Bombardier, bajo el pretexto de que estos modelos se vendían a un precio por debajo de su coste.
Este acuerdo deja al 737 de Boeing, la principal fuente de ganancias de la compañía, enfrentado a un nuevo opositor fortalecido en el mercado de aviones de pasillo único, donde por cierto la familia A320 de Airbus ya disfruta de una ventaja en ventas. “Para Boeing, la decisión de emprender una guerra comercial contra Bombardier podría haber tenido algunos resultados negativos indeseados”, dijo a Bloomberg Robert Stallard, analista de Vertical Research Partners. “Además de dañar las relaciones con los gobiernos de Canadá y EE.UU. y con algunos de los principales clientes de aerolíneas, esta estrategia ahora ha llevado a Bombardier a los brazos de su principal competidor”, añadió este experto.
Boeing ayer se mantuvo firme en su postura frente a la serie C y dijo que el acuerdo con Airbus no tendría “ningún impacto ni efecto en el proceso pendiente” de la disputa comercial. Un impuesto “a cualquier avión o pieza importada del serie C tendrá que pagarse o no se permitirá su entrada al país”, aseguró Michael Luttig, abogado principal de Boeing, en un comunicado.
Sin embargo, ahora esto no es tan claro que ocurra, porque aunque algunos trabajos de fabricación permanecerán en Canadá, Airbus cree que podrá sortear los aranceles abriendo una segunda línea de montaje de Bombardier en su fábrica de Alabama.
Los canadienses perderán el control directo de su programa de desarrollo valorado en unos 6.000 millones de dólares, pero podrán contar con la red comercial de Airbus, con lo que el valor del proyecto podría incluso llegar a duplicarse. Tras el acuerdo (que al final se impuso sobre algunos grupos chinos como Comac), la empresa europea conseguirá potencia su oferta en los vuelos de medio y corto alcance. En cambio, la empresa estadounidense tachó la operación como un pacto “entre sociedades que reciben ayudas de sus gobiernos”.