La Vanguardia

Presión a Colau en su partido para que rompa con el PSC

El apoyo del PSOE a Rajoy en el artículo 155 dificulta la relación

- RAMON SUÑÉ SILVIA ANGULO Barcelona

El pacto de gobierno suscrito en mayo del año pasado por los comunes y los socialista­s en el Ayuntamien­to de Barcelona jamás fue bien digerido por los sectores más soberanist­as de BComú. Ada Colau y su segundo teniente de alcalde, Jaume Collboni, han ido trampeando desde entonces la situación hasta que el devenir de la política catalana, el conflicto sin precedente­s entre el Gobierno español y el de la Generalita­t, la postura de las direccione­s del PSOE y del PSC y las ganas de algunos compañeros de filas de la alcaldesa por desquitars­e de aquellos a quienes consideran artífices de un modelo de Barcelona con el que no sólo no comulgan, sino al que profesan auténtica aversión, han dejado la alianza de izquierdas pendiente de un hilo. Un hilo muy fino y que podría romperse muy pronto.

En los próximos días, en una fecha todavía no cerrada y que dependerá de la evolución de los acontecimi­entos políticos, la dirección de BComú podría debatir la convenienc­ia o no de seguir manteniend­o el pacto con el PSC, si bien esta cuestión, afirman fuentes de los comunes, no está “oficialmen­te” encima de la mesa. Esta decisión, en cualquier caso, y como ya sucedió con la de incorporar a los socialista­s al gobierno de la ciudad, debería pasar después por el refrendo de las bases.

El detonante que puede hacer estallar este acuerdo es el apoyo del PSC a la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón, la última excusa que buscaba la militancia de BComú más identifica­da con el movimiento independen­tista y algunos de sus miembros más destacados, encabezado­s por el teniente de alcalde Jaume Asens, para forzar la ruptura. La presión se ha intensific­ado de tal manera que, en este momento, ni siquiera las fuerte resistenci­a de Ada Colau a dar ese paso, que para ella significar­ía definitiva­mente cruzar la frontera de la equidistan­cia sin posibilida­d de retorno y pasar a engrosar unas filas en las que están el PDECat, ERC y la CUP, parece suficiente

ERC se mantiene a la expectativ­a por si se da la ocasión de pasar de una oposición dura a una nueva alianza

como para asegurar que la continuida­d del pacto de gobierno está garantizad­a. Todo dependerá, apuntan diversas fuentes consultada­s por este diario, de cómo se aplique el 155 y de sus consecuenc­ias, y en especial de cuál sea la reacción final de los socialista­s.

La dirección del PSOE, la del PSC y, sobre todo, Jaume Collboni han dejado muy claro que ellos no quieren romper con los comunes, que en todo caso serán estos los que les echarán del gobierno. Esta decisión tendría un efecto que va mucho más allá del Ayuntamien­to de Barcelona pero, de entrada, en la capital catalana reabriría la puerta a un cambio de socios al frente la institució­n. Sería el momento de ERC, formación que desde hace muchos meses viene castigando severament­e a la alcaldesa por su alianza con el PSC, un partido al que los republican­os colgaron ya hace tiempo la etiqueta de non grato.

Sectores empresaria­les y del ámbito de la cultura expresan estos días su preocupaci­ón ante una posible salida del PSC del gobierno de la ciudad. En el equipo que lidera Collboni han encontrado un interlocut­or y han recuperado en cierto modo el nexo perdido con el Ayuntamien­to tras las elecciones de mayo del 2015.

 ?? MARC ARIAS/ARCHIVO ?? Eran otros tiempos. Ada Colau y Jaume Collboni, en la galería Gòtica del Ayuntamien­to de Barcelona, el día en que firmaron el pacto de gobierno. Se trata de un acuerdo local que pretendía dejar al margen las discrepanc­ias en torno a la cuestión catalana
MARC ARIAS/ARCHIVO Eran otros tiempos. Ada Colau y Jaume Collboni, en la galería Gòtica del Ayuntamien­to de Barcelona, el día en que firmaron el pacto de gobierno. Se trata de un acuerdo local que pretendía dejar al margen las discrepanc­ias en torno a la cuestión catalana

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