Lesa humanidad
La justicia francesa da su consentimiento a la extradición de Mario Sandoval, policía durante la dictadura argentina, reclamada desde hace cinco años por la justicia de aquel país.
La justicia francesa dio ayer su consentimiento a la extradición del expolicía de la dictadura argentina Mario Sandoval, reclamada desde hace cinco años por la justicia de aquel país. No es la primera vez que esto ocurre, sino la segunda, pero ésta segunda sentencia, que también es apelable, acerca un poco más a Sandoval a la escalerilla del avión que algún día podría llevarle a Argentina.
Allí le esperan más de 500 casos de asesinatos, el grueso dossier de la siniestra Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) donde desaparecieron 5.000 prisioneros.
El 30 de octubre de 1976 el entonces joven inspector de la policía secreta Mario Sandoval detuvo en su casa al joven peronista Hernán Abriata. El policía cometió el error de identificarse ante otro uniformado y diversos testigos, entre ellos la madre de Hernán, Beatriz, que hoy tiene
90 años y lleva 41, como toda su familia, pidiendo justicia. El caso Abriata es excepcional porque aquella identificación da un raro nombre de sospechoso a un desaparecido, uno entre el montón. Por eso la justicia argentina pidió hace cinco años la extradición del ex policía apelando precisamente a ese caso.
En la ESMA los presos eran encapuchados, no sabían si era noche o día, torturados y finalmente sedados antes de ser embarcados en aviones y arrojados al mar.
Las víctimas y desaparecidos de la dictadura argentina (19761983) se estiman en unas 30.000. Como en la España de los setenta respecto a los crímenes del franquismo, aquella matanza fue amnistiada en Argentina. La diferencia estriba en que en el 2003 el Tribunal Supremo de aquella república anuló las dos leyes que borraban el crimen. Entre el 2003 y el día de hoy en Argentina ha habido 182 procesos, 17 de ellos ahora en marcha, con 2.900 imputados, lo que representa un duro contraste con los 150.000 cadáveres aún por identificar en las cunetas españolas.
Para Francia el caso Sandoval es muy complicado porque el ex policía, que hoy tiene 63 años y niega ser aquel Sandoval, fue protegido por los servicios secretos franceses y obtuvo en 1997 la nacionalidad francesa. La complicación se deriva del hecho de que si los delitos que se imputan a Sandoval (torturas, detenciones ilegales y desapariciones) se consideran no prescritos, tal como Francia firmó en el 2006 en el convenio de la ONU en la materia, hay muchos cadáveres argelinos que podrían resucitar judicialmente. La sentencia de ayer va a ser recurrida, apelando precisamente a esa prescripción tan temida en Francia. En caso de una nueva derrota, la extradición debería ser firmada por un decreto del primer ministro que a su vez puede ser contestado ante el Consejo de Estado. Aún un largo camino.
Acusado de crímenes de lesa humanidad en su país, fue protegido por los servicios secretos