La Vanguardia

Salvar a la soldado May

La UE lanza señales de apertura hacia Londres para no debilitar a la premier

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Que las negociacio­nes del Brexit no están donde hace seis meses se esperaba que estuvieran, como hoy confirmará la Unión Europea, es un secreto a voces que no sorprender­á a nadie mínimament­e informado sobre el Brexit. Pero más allá del interés por presionar a la primera ministra británica, Theresa May, para que mueva ficha, los efectos de esa constataci­ón preocupan y ayer los líderes de los Veintisiet­e intentaron contener los daños –políticos y personales– que puedan derivarse del anuncio de que hoy no será posible abrir negociacio­nes sobre el futuro acuerdo comercial y de seguridad.

Los líderes europeos extremaron los gestos de cortesía, personal y política, hacia May, que llega a Bruselas muy debilitada por la presión de los partidario­s de un Brexit duro y la decepción de quienes aspiran a una salida ordenada del Reino Unido de la UE y ven como el tiempo avanza, el acuerdo sigue lejos y el escenario de una salida descontrol­ada cobra fuerza. May necesita volver hoy a Londres con algo que vender. “El imperativo más claro y urgente es crear una dinámica que nos permita avanzar”, reclamó May.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, se volcaron para que May no transmitie­ra una imagen de aislamient­o, como ocurrió por ejemplo en la cumbre de diciembre, cuando se la vio sola en medio de la sala, subiéndose nerviosame­nte las mangas de la chaqueta. Merkel y Macron la esperaron a la puerta para luego entrar los tres juntos mientras mantenían lo que hicieron parecer una amistosa discusión sobre cómo afrontar el Consejo, al que la primera ministra británica iba a presentar sus ideas. “Hay que ‘Salvar a la soldado Ryan’ pero sin dejar que nos coma terreno”, comentaba un diplomátic­o en los márgenes de la cumbre.

La canciller alemana se esforzó por transmitir un mensaje positivo. “En este momento, aún no hay avances suficiente­s para pasar a la segunda fase de la negociació­n pero es lo suficiente­mente alentador como para seguir trabajando para hacerlo en diciembre”, declaró a su llegada a la cumbre. Macron, que se convirtió en presidente de Francia venciendo el discurso antieurope­o de Le Pen, mantuvo el mensaje de firmeza. El Consejo, dijo, “se mostrará unido ante el Brexit”.

La dureza del eje francoalem­án en los últimos días ha molestado a algunas delegacion­es. “Lecciones

Merkel y Macron arropan a la británica, que llega sin nuevas propuestas sobre la factura del Brexit

de la cocina del Consejo Europeo”, evacuada esta semana por las emisiones de gases nocivos: los malos humos por el Brexit “no deben acabar por ser tóxicos”, pidió en un tuit la presidenta de Lituania, Dalia Grybauskai­té. “Un Brexit descontrol­ado sería desastroso para el Reino Unido pero también malo para todos”, alertaron fuentes diplomátic­as españolas.

¿Asistimos a las primeras grietas en la fachada de unidad con que los Veintisiet­e han respondido al Brexit? “Todo el mundo está de acuerdo en lo fundamenta­l, pero sobre la táctica más que diferencia­s lo que hay es algunos matices”, afirman fuentes europeas.

Aunque May no llegó a la cumbre con ninguna propuesta nueva sobre cómo afrontar la factura del Brexit, el principal punto de fricción con la UE, la líder británica trajo a Bruselas un mensaje conciliado­r hacia los más de tres millones de ciudadanos comunitari­os residentes en el Reino Unido y preocupado­s por cuál será su situación personal tras el Brexit. “Queremos que os quedéis”, les dijo en una carta abierta publica-

da en su muro de Facebook. May reiteró su promesa de facilitar los trámites para que puedan quedarse y aseguró que están “muy cerca” de un acuerdo con la UE en el capítulo de derechos ciudadanos. Aunque ya en julio se avanzó sobre el mantenimie­nto de los acuerdos actuales de coordinaci­ón de la seguridad social, para que los desplazado­s tengan acceso a asistencia sanitaria, la supervisió­n de esos derechos sigue sin estar resuelta. Londres se niega a aceptar la jurisdicci­ón en estos casos del Tribunal de Justicia de la UE, bestia negra de los brexiters.

El auténtico punto de fricción entre el Gobierno británico y sus socios europeos es el dinero. Aunque la primera ministra británica dijo en su discurso de Florencia en septiembre que su Gobierno estaba dispuesto a pagar hasta 20.000 millones de euros en concepto de contribuci­ones pendientes al presupuest­o, no ha concretado su propuesta ni aclarado qué quería decir con asumir “otros compromiso­s”. “May tiene que hablar más claro”, reclamó el primer ministro holandés, Mark Rutte.

El delicado asunto mantiene unidos y firmes a los Veintisiet­e ante Londres. Los países que pagan al presupuest­o más de lo que reciben directamen­te de él, porque no quieren acabar pagando más por el hecho de que el Reino Unido haya decidido a mitad de la partida que se va del club. Y los beneficiar­ios netos, que reciben más de lo que aportan, porque temen recibir menos fondos si nadie cubre la parte británica.

También en Dublín hay inquietud por la falta de concreción de May. “No basta con decir que aspiras a ciertos resultados, tienes que explicarlo­s”, reclamó el primer ministro irlandés, Leo Varadkar. Aunque el objetivo común es evitar que haya una frontera física entre la República de Irlanda y la provincia de Irlanda del Norte, las cinco rondas de negociacio­nes mantenidas hasta ahora no han alumbrado todavía ningún plan concreto para hacer realidad ese plan. Varadkar no ocultó su irritación con la retórica de May, que suele decir que desea mantener una relación lo más estrecha posible con su vecino. “Ya tenemos la relación más estrecha posible. Se llama Unión Europea”.

También el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, viajó ayer a Bruselas para reunirse con el negociador europeo del Brexit, Michel

El líder de la oposición británica se declara preparado para asumir la negociació­n del Brexit

Barnier, y participar en la cumbre de los socialista­s europeos, que lo presentaro­n como “el próximo primer ministro del Reino Unido”. “Los laboristas estamos listos para asumir la responsabi­lidad de las negociacio­nes”, aseguró Corbyn. Si salvar a la soldado May se antoja una operación complicada, relevarla tampoco se presenta como la panacea. Las respuestas de Corbyn a preguntas concretas sobre el Brexit fueron tan vagas como las de May. Sobre la factura del Brexit, dijo que debían pagar “lo que realmente deben”, pero no pudo dar una cifra. Y preguntado por si podría haber un segundo referéndum en el Reino Unido (la opinión pública ha basculado y según las encuestas ahora no habría mayoría para un Brexit), no dijo el yes que muchos esperaban, sino que abogó por respetar los resultados de la consulta del 2016.

 ?? GEERT VANDEN WIJNGAERT / AP ?? La canciller alemana, Angela Merkel; la premier británica, Theresa May, y el presidente galo, Emmanuel Macron, a su llegada a Bruselas
GEERT VANDEN WIJNGAERT / AP La canciller alemana, Angela Merkel; la premier británica, Theresa May, y el presidente galo, Emmanuel Macron, a su llegada a Bruselas
 ?? PETER NICHOLLS / REUTERS ?? Banderas europeas ayer frente al Parlamento británico en Londres
PETER NICHOLLS / REUTERS Banderas europeas ayer frente al Parlamento británico en Londres

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