La Guardia Civil registra la sede de los Mossos en Lleida
La comisaría de Mossos de Lleida recibió a media mañana de ayer la inesperada visita de media docena de agentes de la Guardia Civil que requirieron, con orden judicial, la copia de todas las conversaciones grabadas en la sala de comunicaciones y control en las horas anteriores y posteriores a la jornada del 1-O. Se trataba de una diligencia ordenada por el titular del juzgado de instrucción número 4 de Lleida como continuación a las actuaciones iniciadas por ese juez, que el día del referéndum estaba de guardia e incoó de ofició una causa por inacción de los Mossos e incumplimiento de la orden dada a esos agentes para la clausura de centros de votación.
Los agentes de la Benemérita, desplazados desde Barcelona y entre los que se contaban expertos en delitos telemáticos, buscan entre esas conversaciones grabadas en la sala de control de comunicaciones pruebas de audio que confirmen las sospechas de ese juez sobre el papel jugado por los Mossos durante la jornada del 1-O. La visita de la Guardia Civil a la comisaría de Mossos de Lleida escondía, además, otra sorpresa. Los agentes tenían orden para requisar y vaciar la información de tres teléfonos móviles: los de dos inspectores (el jefe de área del Segrià y uno de los responsables de la sala de control) y el celular de un mosso de la escala básica. Al tratarse de unas actuaciones secretas no ha trascendido el motivo que justifica la búsqueda de información en esos teléfonos. La copia de las conversaciones requeridas por la Guardia Civil se alargó más de lo previsto y los agentes seguían anoche en la comisaría de Mossos.