Raíces democráticas
Entiendo y comparto el sentimiento de rebeldía que nació a raíz de la sentencia del TC del 2010. Pero si el problema es la Constitución, hay que cambiarla. No caben atajos.
Tan poco demócrata es quien niega la voz al pueblo, como quien intenta poner un altavoz a una parte y silenciar a la otra. Tan poco demócrata es quien reprime con violencia una votación, por muy ilegal que sea, como quien pretende que una votación sin garantías se convierta en la expresión del pueblo.
Rechazo el encarcelamiento de los líderes de ANC y Òmnium Cultural por desproporcionada y pretendidamente aleccionadora, pero me repugna que dos personas sin ninguna representatividad democrática sean presentados como mártires y defensores de la voluntad popular.
Sabemos que aunque todos los catalanes quisiéramos la independencia tendríamos el mismo problema que ahora: que no nos dejan decidir. Pero no es menos cierto que el hecho de no poder decidir no implica que haya una mayoría a favor de la independencia, y que, en el fondo, declararla no es sino otra forma de robarle al pueblo su voluntad.
Un nacimiento no democrático de la república no podrá dar carta de naturaleza a la democracia de la república.
FERRAN CALVO ADALID Santa Coloma de Gramenet