Paolo Sorrentino retrata en su nuevo filme los excesos de la vida de Berlusconi
El cineasta rueda una película que puede tener impacto político ante las próximas elecciones
A Silvio Berlusconi, que se ha enfrentado a decenas de procesos judiciales y se ha gastado –según ha repetido en numerosas ocasiones– centenares de millones de euros en abogados, no debería angustiarle una película sobre su persona. Acaba de cumplir 81 años y ha sobrevivido a todos los escándalos. Pero a il
Cavaliere sí le importa su dignidad y teme que resulte herida por la sátira magistral, sutil e implacable de uno de los más brillantes cineastas italianos contemporáneos, Paolo Sorrentino. La película que se está rodando, cuyo título en italiano es Loro (ellos), podría estrenarse en plena campaña electoral –los próximos comicios están previstos para marzo o abril del próximo año– y tener impacto en los resultados.
“He oído rumores de la película que Sorrentino, con (Toni) Servillo, está haciendo sobre mí –comentó Berlusconi, anteayer, durante una rueda de prensa en Milán sobre los referéndums de autonomía que se celebran este domingo–. Por lo que me dicen, parece que será un ataque político contra mí. Espero que los rumores no sean fundados”.
Aunque existe mucho sigilo sobre el rodaje y guión de la película, ha trascendido que incluye escenas muy desagradables, obscenas, alusivas a la personalidad y el estilo de vida del magnate y exprimer ministro. Se sabe que este verano se rodó en la zona del Foro Romano y el Coliseo y que aparecía una piscina con chicas jóvenes, igual que en las fiestas que organizaba el antiguo premier. Berlusconi ya vivió un calvario parecido hace años con el filme
El caimán, de Nanni Moretti, pero todo apunta que será mucho peor.
En una entrevista con la cadena británica BBC, Sorrentino afirmó que, para él, “una película es descubrir un misterio”. El director recordó que la historia italiana está llena de enigmas protagonizados por la Iglesia católica, la mafia y la política.
Este verano se rodó en Roma y aparecía una piscina con chicas jóvenes, como en las fiestas del magnate
“Me interesa contar esos mundos”, confesó. En el caso de Berlusconi, Sorrentino sostuvo que la gente tiene “una idea simple del personaje, pero al estudiarlo he comprobado que es mucho más complejo”. “Me interesa el hombre que está detrás del político”, agregó.
Antes de rodar la película, Sorrentino logró entrevistarse con Berlusconi para conocerle. El encuentro fue amable –il Cavaliere suele ser encantador– e incluso se dijo que Berlusconi le había ofrecido rodar en algunas de sus residencias, lo que daría aún más autenticidad al filme. A la reunión asistieron el principal abogado de Berlusconi, Nicolò Ghedini, y su mano derecha política, Gianni Letta.
Sorrentino, ganador del Oscar con La gran belleza en el 2014, hizo un retrato genial –pero despiadado– de otro político de primera línea, Giulio Andreotti, el líder democristiano, ya fallecido, que fue siete veces primer ministro –además de titular de diversas carteras ministeriales– y que encarnó como nadie las sinuosidades, contradicciones y sombras de la política italiana durante la guerra fría. Aquella cinta, El divo (2008), fue un gran éxito y sirvió para que las jóvenes generaciones de italianos se familiarizaran con la historia reciente.
Berlusconi está inhabilitado, debido a una condena por fraude fiscal, pero confía en que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos la anule y pueda volver a ser candidato. Con todo, sigue siendo el líder de Forza Italia y reivindica el primado en el centroderecha. Il Cavaliere superó unos graves problemas de corazón –tras una delicada intervención quirúrgica– y dosifica sus intervenciones políticas, pero su voz es escuchada y aún tiene tirón entre un sector relevante de italianos.
“Parece que será un ataque político contra mí; espero que sean rumores infundados”, ha dicho ‘il Cavaliere’