Los embalses necesitan más lluvias
Las precipitaciones han reactivado los tramos medios y bajos de los ríos, pero se mantiene la prealerta por las escasas reservas en los pantanos
Aunque en algunos puntos fueron torrenciales –cayeron 121 litros por metro cuadrado en Siurana, 113 en Cunit y Gandesa o 90 en Valls y Garraf– las precipitaciones de las últimas horas no han mejorado las reservas de agua en los pantanos catalanes. La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) mantiene la situación de prealerta: el nivel de las cuencas internas se sitúa en el 53%, por debajo de la media de los últimos diez años.
Después de un mes sin lluvias, las mayores precipitaciones se han registrado en el litoral y prelitoral. “Ha ido muy bien porque el terreno estaba muy seco y se han reactivado caudales en algunos puntos medios y bajos de los ríos, pero se ha registrado muy poca aportación en los pantanos”, explican desde la ACA. El Ter bajaba ayer a la altura de Ripoll a 11 metros cúbicos por segundo, cuando el miércoles el caudal era de 2,3; y el Besòs registró picos de 75 metros cúbicos por segundo cuando una semana atrás el caudal era de 2,4 metros cúbicos por segundo.
Sin embargo el nivel de los pantanos apenas se ha movido. Aunque la situación es ligeramente mejor que hace un año, el nivel se mantiene inferior al de la media de la última década. El consumo está asegurado para tres o cuatro meses, pero se mantiene la situación de prealerta y se han activado medidas preventivas para mantener las reservas de agua, como el incremento de producción de las dos desalinizadoras: la del Llobregat funciona ahora al 30% y la de Tordera al 25% y está previsto que se aumente progresivamente su actividad si no se registran más lluvias durante las próximas semanas.
Las tormentas registradas desde el miércoles por la tarde y que llegaron acompañadas por fuertes ráfagas de viento (más de 100 kilómetros por hora en Tarragona y rachas de 118 kilómetros en Valls o 115 en Torredembarra) provocaron más de 700 llamadas al teléfono de emergencias 112. Sólo en Valls el viento huracanado se llevó por delante más de 150 árboles, arrancó un centenar de señales de tráfico, dañó fachadas y rompió cristales. Trece personas resultaron heridas, una decena por golpes y cortes. Ayer cuarenta operarios trabajaron durante todo el día para reparar estos desperfectos.
En Tarragona, los efectos de la tormenta todavía son visibles. El viento destrozó la pérgola del parque de Les Granotes y arrancó árboles en la Rambla y en otras calles, entre ellos un cinamomo centenario. Sólo en la urbanización de Boscos la brigada tuvo que retirar 150 árboles. El circo y el pretorio romano estuvieron cerrados durante buena parte de la mañana hasta que se repararon los cristales y las vallas rotas por el viento y en otras poblaciones, como Salou, el viento huracanado arrancó otros 200 árboles, que en muchos casos causaron desperfectos al caer sobre vehículos.
Las tormentas y el intenso viento provocaron 700 llamadas al 112 por daños e inundaciones