El Madrid pierde pegada
Zidane no encuentra cómo revertir las dificultades del equipo para ganar en el Santiago Bernabeu
Ni siquiera la llegada de la Champions alivió los males del Real Madrid en el Santiago Bernabeu, que sigue sin encontrar el modo de ganar en su estadio, sea el que sea el rival que tenga delante. Los blancos han jugado esta temporada siete partidos oficiales al amparo de su público, con sólo tres victorias (Barcelona en la Supercopa, Espanyol en la Liga y Apoel Nicosia en la Champions), y cuatro tropiezos: empates ligueros ante Valencia y Levante, derrota frente al Betis y nuevo empate en la Champions, este martes ante el Tottenham. Para encontrar un balance tan pobre hay que remontarse a la temporada 1998-99.
Más allá del mensaje de tranquilidad que se quiere transmitir de puertas afuera, la preocupación cunde en el vestuario. Todas las miradas se dirigen a Zidane, pero el entrenador no encuentra ninguna explicación a la falta de puntería de un equipo que siempre se ha distinguido más por su pegada que por su juego elaborado. Los números no engañan. A estas alturas del curso, el Madrid lleva 14 goles menos que el anterior. Anotó 43 veces la temporada pasada por 29 en la actual.
Preguntado Zidane en la rueda de prensa tras el empate del martes por las causas de este descenso, su explicación demostró su desorientación: “No creo que sea mala suerte. Es así. Al principio de la Liga tuvimos complicaciones (entonces dijo que el equipo padecía ansiedad si no marcaba pronto), pero últimamente no lo estamos haciendo mal. Lo que tenemos que hacer es insistir e insistir”.
La estadística refleja otro dato sorprendente que tiene si cabe más confundidos a los jugadores blancos. El Madrid requiere fuera del Bernabeu la mitad de remates para hacer un gol que en casa, seis por casi doce. Y no se trata de un cambio de esquema. Las lesiones de Benzema y Bale más la ausencia de Cristiano por sanción en cinco partidos han desterrado el polémico 4-3-3. El Madrid juega siempre con cuatro centrocampistas y dos puntas, pero tiene enormes dificultades en el juego posicional para superar defensas cerradas.
Si el dibujo es el mismo, la siguiente mirada con respecto a la temporada anterior es a la plantilla. Ahí destaca la primera gran diferencia. El Madrid ha perdido a Morata y James. Entre los dos sumaron 25 goles. De hecho, a estas alturas, Álvaro Morata llevaba ya seis goles, dos de ellos decisivos porque sirvieron para ganar dos partidos. En ambas ocasiones el canterano había salido por Benzema, el delantero ahora mismo en el ojo del huracán. El francés lleva marcados dos goles (al Barça y al Getafe), pero ha necesitado veinte remates.
Benzema es un delantero atípico. El francés se define más como 9,5 que como nueve. Tiene grandes detractores, que opinan que le falta fiereza para ser el delantero centro del Madrid, pero también grandes defensores, que le ven por su generosidad como el complemento ideal de Cristiano, que sería el verdadero nueve del equipo.
Lo que nadie puede argüir es que Benzema haya bajado de rendimiento. Lleva dos goles en cuatro partidos, su media goleadora desde que viste de blanco. Lo que ha llevado este curso a desesperar al Bernabeu es el haber errado goles cantados: dos ante el Valencia y otros dos frente al Tottenham, fallos que no se veían desde Gonzalo Higuaín. Quedaría por analizar a Cristiano. El portugués es el pichichi del equipo, con siete goles, tres más que el año pasado. Y lleva cuatro remates a los palos. Más cinco ausencias por sanción. Los números siguen de lado de Cristiano.
MALOS NÚMEROS
El arranque del Madrid en su estadio es el peor del equipo desde la temporada 1998-1999
LA COMPARACIÓN
A estas alturas el equipo había marcado 14 goles más el año pasado; faltan los de Morata y James