DE CRACOVIA A VARSOVIA, BAJO TIERRA
La distancia entre Varsovia y Cracovia: esa es, más o menos, la longitud total de los túneles de las inquietantes minas de sal de Wieliczka. O, para que nos entendamos mejor, sus 300 km de galerías equivalen también a la distancia entre Barcelona y Zaragoza. Decimos que las minas son "inquietantes" porque en realidad son una megalópolis subterránea –los turistas solo llegan a ver un
1% del total de la mina–, con el espacio suficiente para albergar restaurantes, cafés, tiendas de souvenirs, museos, estaciones de tren y capillas varias. Algunas de estas salas, inexplicablemente con wifi, son las estancias más profundas del mundo, concretamente 327 metros.
Y no solo eso: también estamos en el monumento subterráneo más grande, antiguo y visitado del planeta
Tierra. Y en uno de los sitios que empezó a recibir turistas mucho antes de que existieran los turistas (más o menos hacia el siglo XV), con personalidades tan célebres como Nicolás Copérnico, Alexander von Humboldt y Johann Wolfgang von Goethe. Declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978, este mundo paralelo dedicado al "oro blanco" tiene figuras esculpidas en sal con imágenes religiosas y personalidades vinculadas a su propia historia. Los guías nos avisan de que las estatuas no se pueden lamer, pero, atención, en algunas paredes sí que podemos comprobar que este mundo de sal no es producto de nuestra imaginación. Así que sacad la lengua y dejaos llevar.