EE.UU. exige que se vayan de Irak las milicias proiraníes
Bagdad lo considera una injerencia en un asunto interno
El jefe de la diplomacia estadounidense, Rex Tillerson, de gira por Oriente Medio, considera que el Estado Islámico ya ha sido derrotado y ha exigido que las milicias chiíes que respalda y financia Irán deben abandonar Irak. “Cualquier combatiente extranjero en Irak –declaró Tillerson, que anoche viajó a Bagdad tras visitar Afganistán– debe regresar a su casa y permitir que el pueblo iraquí recupere el control de las áreas que dominaba el EI y que ahora han sido liberadas. Hay que dejar al pueblo iraquí –añadió– que reconstruya sus vidas con la ayuda de sus vecinos”.
Tillerson planteó la cuestión en Riad junto al ministro saudí de Asuntos Exteriores, Adel al Jubeir y se refería a las unidades de movilización popular respaldadas por Irán y a las fuerzas Al Quds de la Guardia Revolucionaria iraní. Washington y las monarquías sunníes del Golfo temen que Teherán utilice las milicias para aumentar su influencia en la región, un aspecto que preocupa también a Israel.
No está claro cuántos iraníes están luchando en Irak. La gran mayoría de los que operan bajo la bandera de las Unidades de Movilización Popular (PMU), son chiíes iraquíes, y esos también están respaldados, equipados y entrenados por Irán. Los cálculos más modestos estiman en 100.000 el número de chiíes en posición de combate. También reciben financiación del Gobierno iraquí e informan oficialmente al primer ministro, Haider al Abadi, que también es chií, así que no ha de extrañar su réplica a la pretensión estadounidense. “Las Unidades de Movilización Popular son patriotas iraquíes y nadie tiene derecho a interferir en nuestros asuntos internos”, según un comunicado oficial.
Contrasta el rechazo de Washington a las milicias iraníes que combatían al Estado Islámico en su mismo bando, cuando según el Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política (ICSR) entre 1.500 y 2.500 saudíes viajaron a Irak y Siria para alistarse en el Estado Islámico y actuar como terroristas suicidas. Por eso Bagdad ha acusado reiteradamente a Riad de hacer la vista gorda ante los militantes suníes que cruzaban la frontera.
Tillerson aprovechó para lanzar una seria advertencia dirigida principalmente a compañías europeas para disuadirles de hacer negocios con la Guardia Revolucionaria iraní. “Corren un alto riesgo”, dijo, en el sentido de que podrían ser sancionadas por Washington.
El secretario de Estado también viajó a Qatar en un intento de reconciliar a las monarquías del Golfo. Arabia Saudí, los Emiratos, Bahréin y también Egipto acusan a Qatar de financiar el terrorismo y han cortado las relaciones diplomáticas y declarado un boicot comercial.