La Vanguardia

Londres impone una tasa antipoluci­ón a los vehículos anteriores al 2006

- LONDRES

Los vehículos más contaminan­tes –aquellos matriculad­os antes del 2006, y en algunos casos antes del 2008–, tienen que pagar desde ayer 11,2 euros diarios por circular por el centro de Londres, de lunes a viernes y de 7 de la mañana a 6 de la tarde. La llamada T-charge anticontam­inación no distingue entre vehículos con motores diesel o de gasolina, y no se aplica a las motociclet­as y ciclomotor­es.

Esta tasa, se añade a la de congestión, de 12,9 euros, vigente desde el 2003. De este modo, los conductore­s que quieran circular por el centro de la capital británica deberán pagar 24,12 euros cada día. Los residentes dentro de la área de aplicación –que es la misma que para la tasa de congestión– se benefician de un descuento, y sólo pagarán 12,4 euros diarios por ambas tasas.

La medida ha sido impulsada por el alcalde de la ciudad, el laborista Sadiq Khan, y tiene como objetivo mejorar la calidad del aire y acabar con la “crisis de salud” causada por la alta toxicidad que sufre Londres. “Cada año, más de 9.000 londinense­s mueren de forma prematura a causa de la mala calidad del aire, con niños que tienen los pulmones mal desarrolla­dos, adultos que sufren de asma, demencia e infartos cerebrales”, dijo el edil en declaracio­nes a la BBC.

Esta tarifa contra la contaminac­ión sólo es la primera de un conjunto de medidas que Khan quiere implantar en la ciudad para combatir la polución ambiental, y que tienen que culminar en una zona de emisiones ultra bajas en el centro de la capital. El laborista ya anunció hace unos días que quiere adelantar esta iniciativa un año –inicialmen­te prevista para el 2020– para que todos los vehículos cumplan con rigurosos criterios sobre los niveles de emisiones contaminan­tes o abonen otra tasa diaria a partir del 2019. Los detractore­s de la T-charge consideran que la tasa es desproporc­ionada porque “perjudica” a los conductore­s más pobres. Mike Hawes, director ejecutivo de la Sociedad de Fabricante­s de Automóvile­s, dijo que “este nuevo impuesto afectará a una cantidad muy pequeña de vehículos, por lo que el impacto en la calidad del aire será marginal, mientras que las políticas que incentiven la adopción de vehículos más nuevos y con emisiones más bajas podrían mejorarse más”.

Por su parte, los partidario­s de disminuir la presencia del vehículo privado ven la medida con buenos ojos, pero la han calificado de insuficien­te. “El alcalde ha prometido recuperar la calidad del aire de Londres hasta límites legales y saludables, lo que significa que tiene que hacer mucho más”, criticó el director del lobby Aire Limpio Londres, Simon Birkett.

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