Sinrazón en el comité
Empecemos por una confesión. Cuando a principios de octubre llegaron a esta redacción los tuits publicados por Francisco Rubio, presidente del comité de competición, el sentido común nos llevó a pensar que se trataba de un fake, es decir, de un impostor que se hacía pasar por quien no era. Raramente un catedrático de Derecho, o cualquier persona con una educación convencional, se expresaría en esos términos, menos aún quien tiene la responsabilidad, acompañado de dos letrados más, de impartir justicia en forma de sanciones ante las acciones punibles que se producen en la Liga española cada fin de semana.
Nos equivocamos. No había tal suplantador de personalidad. Francisco Rubio era Francisco Rubio.
En los tuits mencionados, lejos de cualquier crítica razonable, se vejaba a los participantes del referéndum del 1 de octubre, adjuntando un collage poco elaborado de imágenes que comparaban una urna con una taza de water, el escrutinio con un vertedero, el cómputo final con una calculadora vieja y rota y los resultados con una pizarra en la que se leía escrita en tiza la suma 1+1=3. En otro tuit se recomendaba a los votantes usar gel de ducha, en otros se insultaba sin más. Todo muy grosero, más propio de la zona tenebrosa de las redes sociales, la frecuentada por el odio, que no la de quien se supone que debe moverse dentro de los límites de la civilidad, cuando no directamente de la discreción.
El FC Barcelona, de momento sin acompañantes en la protesta (sin novedad en el frente), elevó una queja a la Federación que fue contestada con unas disculpas que no convencieron al club, así que Francisco Rubio continúa en su puesto sin un rasguño. No sólo eso, la semana pasada, en Facebook, criticó a los medios catalanes por cuestionarle.
La Federación, amparada en su propio desgobierno (su presidente Ángel María Villar está inhabilitado por corrupción), alega poca capacidad de decisión, un pretexto que ha perdido credibilidad una vez acaba de ser fulminada María José Claramunt, directora de la selección española.
La apertura de expediente por parte de Competición al Reus por entender que el club actuó con “violencia, racismo, xenofobia o intolerancia” al desplegar una bandera catalana (que no estelada) refuerza la sensación de que quien ahí imparte justicia no es la persona adecuada. En este asunto el Barça no debería estar solo.