La Vanguardia

Un Barça inédito impone su estilo en Murcia (0-3)

Tras una primera parte insípida, un gol de Alcácer propició la aparición de Deulofeu y Arnaiz, brillante en su debut

- CARLES RUIPÉREZ

En la Nueva Condomina se vio a un Barcelona de extremos. No sólo porque, por primera vez, el equipo jugó con especialis­tas puros pegados a la línea de cal. Deulofeu, con una asistencia para abrir el marcador y marcando el gol de la tranquilid­as, y Arnaiz, que cerró la cuenta, fueron los dos jugadores claves para que el tricampeón de Copa empezase su andadura con solidez. También porque en el partido se pasó de un extremo al otro. El Barça, que empezó espeso y sin ocasiones, acabó abusando del Murcia cuando los dos extremos apretaron el acelerador.

Valverde vive al día y avanza a ritmo de victorias. El entrenador del Barcelona quería ver en el contexto del primer equipo a Aleñá y Arnaiz. No esperó el técnico y puso a los dos jugadores más desequilib­rantes del filial de Gerard López en este inicio de temporada, con cuatro goles cada uno, en el once.

Sin las genialidad­es de Messi, sancionado y descansand­o después de jugar los 14 partidos hasta la fecha completos, el Barça se apoyó más en la ortodoxia y en el estilo. Un 4-3-3 tan claro, con Deulofeu y Arnaiz abriendo las bandas y Alcácer como delantero centro por fin, no se había visto esta temporada desde la ida de la Supercopa contra el Madrid en el Camp Nou. El extremo de Riudarenes estaba motivado, quizás por el gol al Málaga o porque sabía que era un duelo para exhibir que puede ser un jugador importante y desequilib­rante. Y desde el primer minuto empezó a pedir el balón y el equipo cargó descaradam­ente el juego por su banda, la derecha, para aprovechar su superiorid­ad y su responsabi­lidad.

Y no se rindió ni se desesperó cuando los primeros regates al encarar a su lateral no le salieron bien. En un autopase que se le fue largo sí que evidenció un poco de ansiedad. Pero siguió intentando liderar el equipo. Le buscaban Aleñá en corto o Mascherano en largo. Y su peso en el partido era tan grande que minimizó las subidas de Semedo.

Las ganas de Deulofeu eran las de un Barça que quería pero que no podía. El Murcia, cansado después de sólo tener 50 horas entre el final de su último partido el domingo contra el San Roque en Segunda B y el inicio de la Copa, no sólo no pasaba apuros sino que se fue envalenton­ando con la velocidad de Nadjib y el oficio de Elady para jugar a la espalda de los dos centrales del Barça, que notaron la falta de rodaje.

No ayudó en esa fase que el centro del campo blaugrana, con André Gomes de pivote y Denis y Aleñá como interiores, estuviese pensado para atacar y le costaba correr hacia atrás después de perder el balón. Así que mucho antes que Santomé tuvo que intervenir Cillessen, con suerte porque Molinero remató a las nubes desde dentro del área.

Mientras, en el otro área, los ataques del Barcelona no fructifica­ban. Hasta de nueve córners dispuso el equipo blaugrana sin que pudiese aprovechar ninguno en esos primeros 40 minutos en los que el Barça estaba espeso.

Parecía que el único camino era Deulofeu y el canterano no se escondió. Picó piedra por el carril del siete hasta que encontró oro. Se acercó al gol en un centro al primer poste que Alcácer peinó pero Santomé desbarató la ocasión. A la segunda sí que les salió. El extremo volvió a dar una buena rosca al ba-

FRUCTÍFERO El partido sirvió para dar minutos a quienes menos tienen; Valverde cumplió con el objetivo

lón y esta vez sí el delantero valenciano impactó de frente el envío para superar la salida del portero y colocar el 0-1.

El gol, sobre la bocina, antes del descanso, dio tranquilid­ad al equipo grande y hundió la ilusión local para la segunda mitad. Además reforzó aún más a Gerard Deulofeu, que había sido clave y lo fue de nuevo en la reanudació­n. El extremo peleó mucho con el lateral Juanra. Si perdía el balón, luchaba para recuperarl­o. Y así, gracias a un rebote que le favoreció, inició su gran jugada. Deulo se fue de dos, se plantó ante Santomé y casi sin ángulo le batió por debajo en una mezcla de potencia, técnica y definición. Aunque no quiso hacer grandes alardes en la celebració­n en su segundo partido consecutiv­o marcando. La alegría contenida de Deulofeu contrarres­tó con la explosión de José Arnaiz, que debutó con gol. Con un golazo también. El extremo de Talavera, que está siendo la sensación en el Miniestadi, recortó a su par y enganchó un buen derechazo desde la frontal. Una acción que bien conocen los que siguen al filial, o en Valladolid, su anterior equipo, pero que ayer deslumbró también a Valverde. El 0-3 cuando faltaba más de media hora contrastab­a con el sufrimient­o de toda la primera parte pero dio la oportunida­d de que también debutase Cucurella en un Barça de extremos.

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Arnaiz, que anotó un gol, demostró velocidad y verticalid­ad en su estreno con el primer equipo
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MARCIAL GUILLÉN / EFE

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