Ultraje póstumo a Anna Frank
Cuando se juntan el fanatismo futbolístico y la radicalidad política, el efecto puede ser catastrófico. Italia, avergonzada, se dio cuenta de inmediato del enorme daño de imagen que podía sufrir y por eso ha reaccionado en tromba, desde sus más altas instituciones, a la estúpida provocación de los tifosi del Lazio, la noche del pasado domingo.
La condena ha sido unánime a las pegatinas que dejaron los aficionados en el gol sur (curva sud, en italiano) del estadio Olímpico, con un fotomontaje de Anna Frank vistiendo la camiseta del Roma. Pretendía ser una broma insultante contra los eternos rivales locales, que acuden al mismo estadio –pues lo comparten los dos clubs–, sin reparar que se cometía un ultraje intolerable hacia una de las víctimas más conocidas de los nazis, un símbolo de la shoah, la muchacha judía cuyos diarios han hecho llorar a millones de lectores.
No ha sido la primera vez que los energúmenos del Lazio –un club notorio por albergar en su seno a grupos de tifosi fascistas, aunque el Roma también tiene los suyos– usaban la imagen de Anna Frank, que murió en el campo de concentración de Bergen-Belsen con sólo 15 años. En esta ocasión, sin embargo, la respuesta ha sido fulminante y ha saltado a la portada de todos los periódicos, con editoriales de extrema dureza.
El director de la Repubblica, Mario Calabresi, escribió en primera página que la acción de los tifosi del Lazio fue “tan atrasada y grotesca que descalifica para siempre a quien la ideó”. Calabresi recordó que gracias a Anna Frank “varias generaciones han comprendido lo que fue el nazismo, lo que significó vivir escondidos, ser deportados y morir en un campo de exterminio”. La Repubblica replicó a la ofensa del estadio Olímpico reproduciendo en portada el mismo fotomontaje con las camisetas de otros clubs como el Juventus, el Nápoles, el Inter y el Milan. “Anna Frank somos todos nosotros, puede y debe ser la camiseta de todos los equipos, ser parte de nuestra vida”, agregó Calabresi, y animó a los clubs a hacer del desgraciado episodio una bandera, “para responder sin dudas a la deriva de los extremistas de las curvas (los goles norte y sur, los bastiones de los aficionados más radicales y descerebrados).
El presidente del Lazio, Claudio Lotito, junto a una delegación del club, se presentó espontáneamente ayer por la mañana frente a la principal sinagoga de Roma a modo de desagravio y como homenaje a la comunidad judía de Roma, que es una de las más antiguas de Europa y presume de estar presente en la ciudad, de manera ininterrumpida, desde el siglo II antes de Cristo.
La visita de Lotito no fue pactada con los líderes hebreos, por lo que estos no acudieron al encuentro. El presidente del club aprovechó para anunciar que cada año se organizará, a modo educativo, un viaje a Auschwitz para 200 jóvenes seguidores del club. Paralelamente, la federación italiana de fútbol, en coordinación con las comunidades judías locales, decidió que en la próxima jornada liguera, antes de comenzar los partidos, se leerá un fragmento de Los diarios de Anna Frank yse observará un minuto de reflexión. Los capitanes de los dos equipos regalarán a los niños que habitualmente salen al campo con ellos un ejemplar de Si esto es un hombre, el escalofriante relato de Primo Levi sobre su paso por Auschwitz.
Una decena de impulsores de las pegatinas han sido ya identificados. Un portavoz del grupo, llamado Los irreductibles, defendió la acción y sostuvo que el escarnio del rival no es un delito. La fiscalía de Roma, entretanto, investiga los hechos.
El presidente de la República, Sergio Mattarella, calificó de “gesto inhumano y alarmante” lo sucedido. El primer ministro, Paolo Gentiloni, alertó que “no puede ser infravalorado o minimizado”. El expremier Matteo Renzi propuso que los clubes jueguen el próximo partido con la estrella de David en la camiseta. También reaccionaron el presidente del Parlamento Europeo, el italiano Antonio Tajani, y la conferencia episcopal, para la cual lo grave, además del resurgir del antisemitismo, es “una Europa que se cierra y propaga el odio al otro, que camina por esta peligrosa vía”.
Italia está avergonzada después de que ‘tifosi’ del Lazio usaran la foto de la víctima de los nazis
Hasta el presidente de la República condena las pegatinas en el Olímpico de Roma