La Vanguardia

Jordi Savall: “Los conflictos se eternizan si ambas partes no admiten sus errores”

El maestro habla de Catalunya al presentar las Ensaladas del siglo XVI en el Liceu

- MARICEL CHAVARRÍA Barcelona

“He sido embajador del diálogo intercultu­ral de la UE, soy artista por la paz de la Unesco, todos mis proyectos defienden el diálogo. Pero no puede haber diálogo sin respeto. Y eso nos hace pensar en por qué estamos hoy así, pues en todo ese proceso, que ha tenido en todas las partes cosas positivas y negativas, ha habido una constante: una falta de respecto a una cultura. Mientras no haya conciencia de que para poder dialogar hay que aceptar y respetar la diferencia, aceptar que hay otras personas que tienen otra cultura, otra forma de sentir y de consumir la vida, no podrá crearse un diálogo constructi­vo. Y lo que está pasando hoy no da esperanza de que se vaya a superar la falta de diálogo”.

Jordi Savall presentó ayer en el Liceu el proyecto de las llamadas Ensaladas, el género literario y musical propio de la música hispánica del siglo XVI que se movía en un gran variedad de registros y que utilizaba el castellano, el catalán, el gascón, el francés, el euskera, el mallorquín... y por supuesto el latín.

Nunca las paredes del Liceu habrán escuchado músicas tan antiguas, partituras que preceden en 60 años a Monteverdi y que Savall trae este viernes al teatro de la Rambla. Fue en este contexto que el maestro y violagambi­sta abordó ayer la situación política en Catalunya, recordando que “todos los conflictos se convierten en eternos cuando las partes no reconocen los errores”.

“Por eso el conflicto palestino no hallará nunca una solución, y el genocidio armenio será siempre una herida, porque nunca Turquía reconocerá lo que hizo. Nuestro conflicto en Catalunya –dijo– sólo se podrá solucionar el día en que en ambas partes se reconozca que hay cosas que no se han hecho bien y empecemos de cero, y volvamos a sentarnos sin poner condicione­s. No soy político, pero creo que tenemos el derecho a poder exigir que las cosas se hagan con respeto, algo fundamenta­l en un país civilizado”.

Del respeto y la curiosidad que tiene por todas las culturas musicales dio cuenta ayer el maestro catalán al explicar el programa de su concierto en el Gran Teatre, en el que participar­á por primera vez la flamante Jove Capella Reial de Catalunya. El director de coro, Lluís Vilamajor, señaló que la Fundació Centre Internacio­nal de Música Antiga ya lleva diez academias con gente joven. Era de recibo ofrecerles la oportunida­d de introducir­se en el mundo profesiona­l.

“Si por Academia se presentan cien y pico de toda Europa, a estas alturas habremos escuchado ya mil voces, de las que hemos escogido lo mejor, entre 20 y 35 años”, explicó Vilamajor. Estos jóvenes, algunos de los cuales han grabado ya con Savall Guerra i pau ,el Magnificat de Vivaldi o Dixit Dominus, harán dos proyectos al año: el otro esta temporada será el de las misas de Cererols que acogerá L’Auditori en abril.

Pero volviendo al Liceu, este viernes cuatro solistas y un coro de 17 voces acompañada­s de un conjunto instrument­al interpreta­rán obras de Mateu Fletxa, el Vell (1481-1553), destacado compositor de Ensaladas cuyo hijo dejó una colección publicada en Praga, en 1581. Y sonarán también obras de Fran- cisco Correa de Arauxo (15841654), otro exponente del género, o de Sebastián Aguilera de Heredia (1561-1627) y Bartomeu Càrceres (fl. 1546). Escritas con un estilo libre, las Ensaladas, el género musical de Renacimien­to, aglutinaba­n métrica, estilos y dialectos variables. Iban del gregoriano al monódico, bebiendo del repertorio popular, el culto o litúrgico. Y se interpreta­ban en lugares muy distintos, especialme­nte en los pesebres, donde era posible reunir a la gente.

“Eran músicas que podían salir del marco religioso –apunta Savall. La Trulla, por ejemplo, de Càrceres, es como un pesebre musical, pues incluye a los pastores adorando al niño Jesús, y al final canta la Virgen y hay todo un simbolismo. Son obras en las que se cuenta una historia

También sonará el hoy “tan actual” lamento ‘Catalunya en un altre temps’ que se cantaba tras caer Barcelona

a menudo con simbología religiosa, sobre la lucha entre el demonio y la salvación. De ahí que le llame retablos del Renacimien­to, porque marcan el inicio del retablo musical que en el siglo XVII se transforma en teatro al aire libre.

Pero no todo serán Ensaladas en el Liceu. En sintonía con la actualidad, Savall incorporar­á Catalunya en altre temps, ese Lamento anónimo tradiciona­l que se cantaba hace 300 años tras la caída de Barcelona y que va incluido en su último proyecto discográfi­co, In Excelsis Deo, sobre la guerra de Sucesión en España. Se grabó en Versalles y reza así: “Catalunya en altre temps / ella sola es governava / y es feyen les seves lleys / en sa llengua y no en cap altra. / ¡Plora, plora, Catalunya, / que ja no et governes ara! / Des de fa massa temps / extrangers són qui la manen / y en llengua estranya es fan lleys / que a la nació són contraries / ¡Plora, plora, Catalunya, / ja que’t doblegues encara!”.

“¿Podéis imaginar una canción más actual?”, se preguntó Savall.

 ?? PERE FRANCESCH / ACN ?? Jordi Savall, ayer, con Sergi Grau y Lluís Vilamajor a su derecha y Christina Scheppelma­nn a su izquierda
PERE FRANCESCH / ACN Jordi Savall, ayer, con Sergi Grau y Lluís Vilamajor a su derecha y Christina Scheppelma­nn a su izquierda

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