Un mito lúdico y disciplinado
El 5 de agosto murió Jesús Tuson, catedrático y profesor de Lingüística de la facultad de Filología de la Universitat de Barcelona. Pero Tuson no fue un profesor más, sino “un mito, en el buen sentido de la palabra”, dijo ayer el decano, Javier Velaza.
El aula magna del edificio histórico acogió un homenaje al emblemático profesor. El semiólogo Sebastià Serrano, que compartió con Tuson cuarenta años de vida académica, aseguró que en todo ese tiempo no tuvieron desavenencia alguna, y eso que trabajaron codo a codo, primero en el departamento de Lengua Española y después en el de Lengua Catalana, que juntos pusieron en marcha. Ellos fueron los que diseñaron las diferentes asignaturas y supieron, los dos –tal como reconoció la lingüista Carme Junyent–, transmitir una nueva visión de la lingüística, haciéndola más próxima a los alumnos.
Tuson tenía un “espíritu lúdico, pero disciplinado”, añadió Serrano, y una vez le dijo: “Nosotros no sabemos si trabajamos o nos divertimos”. “Tenía el don de la fluidez en el lenguaje y la fluidez mental, y era flexible y original”, y eso, según el semiólogo, eran “los tres elementos que forman la base de la creatividad”.
Junyent y Serrano subrayaron su generosidad y paciencia con los alumnos, virtudes que Junyent no ha tenido nunca: “Una sola vez que Tuson tuvo que tomar una decisión determinante con una alumna, le tuve que decir yo lo que tenía que hacer: cargársela”, reconoció.
Xavier Folch fue el editor de buena parte de la obra de Tuson en Empúries, “libros que nos ayudaron a combatir los prejuicios lingüísticos”. Folch se confesó admirador de Diderot, pero reconoció que gracias a Tuson había descubierto los prejuicios del director de la Encyclopédie. Tuson tuvo “tres grandes virtudes: la decencia, la integridad y el inconformismo”, resumió.
Juan Carlos Moreno, catedrático de la Autónoma de Madrid, leyó fragmentos del profesor y proclamó: “Hoy tu discurso es más necesario que nunca”. Con el aspecto de un galán maduro y con “una voz maravillosa” –Serrano dixit–, Tuson sedujo a miles de alumnos y “les hizo creer que entendían la lingüística”, afirmó Junyent, que fue alumna suya.
Jesús Tuson tuvo “tres grandes virtudes: la decencia, la integridad y el inconformismo,” resumió a Xavier Folch