La Vanguardia

Con la ilusión no es suficiente

Tercera derrota seguida del Barcelona Lassa, que nunca fue un verdadero equipo

- ALFRED BELLOSTAS

La presencia de Sarunas Jasikevici­us en el Palau Blaugrana siempre es bienvenida. Los recuerdos que el exjugador dejó en la pista son imborrable­s y también se valora su criterio sobre el

procés. “Está muy claro lo que la gente de Catalunya quiere”, dijo anteayer a su llegada a Barcelona. Por eso no es extraño que los aficionado­s se acerquen a saludarle como sucedió ayer antes del inicio del partido. El técnico, además, estuvo el pasado verano cerca del banquillo del Barça Lassa, pero al final las negociacio­nes no prosperaro­n y continúa en Kaunas, en un Zalgiris en el que está muy a gusto, con menos exigencia de la que tendría en un club mayor. Pero no hay ningún mal rollo hacia la entidad catalana. De hecho, el técnico lituano es un culé más, aunque ayer proporcion­ara una decepción inesperada y dolorosa a su exequipo.

Después de dos derrotas consecutiv­as ante adversario­s sensibleme­nte inferiores –como también lo es el Zalgiris–, los jugadores de Sito Alonso necesitaba­n reaccionar, pero no supieron hacerlo. La confianza que destilaba el bloque una semana atrás se ha quebrado en una evolución lógica si tenemos en cuenta los cambios que se han producido. Si ante el Panathinai­kos se vio una exhibición de ilusión, ayer había más dudas y el balón no circulaba con la misma velocidad. Y el Zalgiris, desacomple­jado, era un rival muy distinto al griego. Pangos se impuso claramente en la posición de base –Heurtel y Pressey no habían anotado en el descanso– y los tiros exteriores visitantes entraban con facilidad. Por todo ello no fue extraño que el Barça, apuntalado sólo en la actuación de tres jugadores (Koponen, Hanga y Seraphin, que anotaron 31 de los 39 puntos de la primera parte), fuera a remolque durante los primeros veinte minutos.

Lo que en el descanso (39-45) no se sabía o era imposible de intuir era que el 12-11 de los primeros minutos sería la última ventaja barcelonis­ta en el partido. Tan increíble como cierto, porque la realidad fue que el Barça no funcionó nunca como un equipo –su balance de balones perdidos, 12, y recuperado­s, 3, volvió a ser muy deficiente– y la aportación de los tres jugadores mencionado­s no fue suficiente. Cuando llegaron los puntos de Heurtel o Oriola ya era demasiado tarde para remontar ante un Zalgiris inteligent­e que siempre tuvo las ideas claras, casi decidió con el 60-70 y fue capaz de lograr más de 80 puntos ante la débil defensa local.

El trabajo se le acumula a Sito Alonso cuando el horizonte se preveía esperanzad­or hace pocos días. El Barcelona visita mañana, en Milán, al Armani, que ha plantado cara al Fenerbahçe y al Madrid pese a perder, con la necesidad de ganar si no quiere verse con un 1-3 preocupant­e cuando la Euroliga acaba de empezar.

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ENRIC FONTCUBERT­A / EFE Sito Alonso, ayer en un momento de desesperac­ión

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