Los verdes alemanes también refutan el plan de Macron para la eurozona
La coalición de gobierno que busca Merkel se aleja de un presupuesto del euro
Las laboriosas negociaciones entre la canciller de Alemania en funciones y líder democristiana, Angela Merkel, y los dos partidos con que aspira a formar coalición para seguir gobernando durante un cuarto mandato –los liberales del FDP y los ecologistas– han deparado un nuevo revés a la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, para acometer reformas en la eurozona.
La propuesta de Macron de mayor integración a través de un presupuesto común del euro, incluido un ministro de Finanzas común para la eurozona, que el pasado mayo contó con el aval inicial de Merkel –un aval parco, ciertamente, pues fue más bien una cierta predisposición a modificar tratados–, contaba desde el principio con el rechazo frontal de los liberales alemanes.
Su líder, Christian Lindner, había dejado claro en campaña electoral que el FDP percibe el presupuesto común del euro –que Macron defiende alegando que resguardaría mejor la moneda común ante posibles nuevas crisis económicas– como un intento de mutualizar deuda ajena a cargo del contribuyente germano.
Pero anteanoche en Berlín, tras otra sesión de negociaciones preliminares para forjar la coalición de gobierno, trascendió que también Alianza 90-los Verdes refuta ahora el plan de Macron, tras semanas en las que ha dado a entender que le parecía adecuado.
“Ninguno de los partidos participantes apoya un presupuesto para la eurozona”, declaró a la agencia Reuters el eurodiputado ecologista Reinhard Bütikofer, que estaba presente en esa sesión negociadora sobre política europea. “Nosotros los verdes apoyamos totalmente la idea de encontrar maneras para estimular la inversión en infraestructuras, dentro del marco del actual presupuesto de la UE”, matizó Bütikofer de todos modos.
En esa reunión nocturna del martes –tras una larga jornada política, con la sesión constitutiva del nuevo Bundestag surgido de las elecciones del pasado 24 de septiembre y con el actual Gobierno de Merkel ya oficialmente en funciones–, los partidos implicados acordaron también proseguir en la senda del schwarze Null (literalmente, ‘cero negro’), es decir, del presupuesto equilibrado, sin endeudamiento.
Esa senda de la disciplina presupuestaria, transitada con denuedo por Wolfang Schäuble durante sus ocho años como ministro de Finanzas, le llevó a lograr su primer schwarze Null en los presupuestos del 2015, algo que ocurría en Alemania por primera vez desde 1969. Dicha vía fue trasvasada por el propio Schäuble como un dogma a la dinámica de los países del euro.
Algunos analistas alemanes sostenían ayer que probablemente los verdes, liderados por Cem Özdemir y Katrin Göring-Eckardt, cedieron en el asunto de la reforma de la eurozona ante el FDP y ahora también Merkel, porque en el fondo no es un tema al que sus votantes den una importancia capital. Otros observadores señalaban que los ecologistas ansían gobernar nuevamente, tras su ya lejana experiencia con el canciller socialdemócrata Gerhard Schröder entre 1998 y el
Los ecologistas se suman al claro rechazo de los liberales, pero matizan que sí apoyan estímulos a la inversión
2005, con el carismático verde Joschka Fischer como ministro de Exteriores.
Tras el encuentro del martes, Özdemir, que suena como posible titular de esa cartera en el futuro Ejecutivo, subrayó la decisión de revisar los planes de incremento del gasto en Defensa acordados por el Gobierno saliente de Merkel y los socialdemócratas. Ese sí es un punto que resulta de claro agrado para los votantes ecopacifistas.
“Estamos muy satisfechos con las conversaciones, ha sido una sesión muy buena”, dijo anteanoche a los reporteros el secretario general de la democristiana CDU, Peter Tauber. Las negociaciones para este tripartito, calificadas todavía de “exploratorias”, incumben en realidad a cuatro partidos: la CDU de Merkel junto a su socia histórica, la socialcristiana CSU de Baviera; el Partido Demócrata Libre (FDP) y Alianza 90-los Verdes. Todos ellos dejaron claro que quieren presupuestos equilibrados en toda la legislatura, es decir, hasta otoño del 2021. Esta es una medida que vincula a todas las cuentas públicas, es decir, no sólo al Gobierno federal, sino también a los länder y las cajas de Seguridad Social públicas.