El Ayuntamiento se opone a la ampliación del puerto
El gobierno de Ada Colau y plataformas vecinales rechazan el proyecto aprobado ayer con el voto en contra de Barcelona y El Prat
La actividad turística –y en concreto la presencia de cruceros– en aguas de la capital catalana vuelve a provocar un serio conflicto entre el Ayuntamiento y el puerto de Barcelona. Ayer, el consejo de administración de esta última institución, con el voto a favor, entre otros, de la Generalitat y el Estado, y la oposición de los consistorios de Barcelona y El Prat de Llobregat, aprobó el inicio de la licitación para ampliar el muelle Adossat, una obra presupuestada en 39 millones de euros que permitiría en el futuro construir nuevas terminales de cruceros y ferrys.
La compañía MSC Cruceros ya había solicitado el pasado mes una concesión para construir y gestionar una terminal en este muelle siguiendo el esquema de la que utiliza la naviera Costa Cruciere, que financió las obras por su cuenta. El proyecto de ampliación de las instalaciones portuarias cuenta con el rechazo de varias plataformas vecinales que ayer se manifestaron, en un número no superior a 80 personas, frente a la sede de la Autoridad Portuaria.
Al término de la reunión del consejo, la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, manifestó su oposición a la aprobación de esta ampliación por considerar que se está actuando de espaldas a la ciudad, sin contar con el benereunión plácito del Ayuntamiento. Sanz explicó que el gobierno municipal ha mantenido conversaciones con MSC y con el puerto y apeló al compromiso que la Generalitat debería tener con Barcelona. “Ha de determinar con quién quiere sacar adelante la propuesta, si quiere hacerlo con Puertos del Estado (es decir, con el Gobierno del PP) o con la ciudad (el Ayuntamiento)”
En cualquier caso, Janet Sanz expresó la opinión del gobierno de Ada Colau de que Barcelona no necesita más terminales de cruceros . “Tenemos seis y una en construcción. Es suficiente”, dijo la concejal de BComú, quien acusó al puerto de “no tener en cuenta la voluntad de la ciudadanía”. Según Janet Sanz, la actividad crucerista tiene un impacto negativo en la ciudad, ya que genera molestias a los vecinos. No obstante, como admitió ella misma, el criterio del Ayuntamiento es minoritario en el consejo de administración del puerto. Al voto en contra de los consistorios de Barcelona y El Prat hay que sumar la abstención de la UGT. Sanz también apuntó que en su intervención el secretario de Infraestructuras de la Generalitat, Ricard Font, apeló a la necesidad de escuchar a la ciudad.
Por su parte, el presidente del puerto, Sixte Cambra, defendió, en declaraciones hechas tras la del consejo, la decisión adoptada ayer. Recordó que hace ya siete años que el puerto de Barcelona se mueve en cifras de cruceristas que oscilan entre los 2,4 y los 2,7 millones de pasajeros. Cambra señaló que no solo a la institución que él dirige, sino sobre todo a la ciudad y al conjunto de Catalunya y de su economía les interesa consolidar esta actividad y, sobre todo, reforzar la condición de Barcelona como puerto base.
La actuación aprobada ayer supondrá prolongar hacia el sur el muelle Adossat –donde ya se están realizando obras– construyendo una alineación de 476 metros de longitud y 12 metros de calado. Posteriormente, está prevista la ampliación del muelle Adossat 2B en un tramo de 480 metros. El proyecto incluye la construcción de una infraestructuras dedicada a la operativa de barcos de carga rodada o ferrys.
No es esta la única intervención que ha recibido luz verde. En la misma sesión se aprobó una inversión de 3,1 millones de euros en la segunda fase de la urbanización de la ronda del Port, en los alrededores del muelle Oest. El objetivo de esta obra es mejorar la distribución de las circulaciones viarias hacia el interior del puerto y los muelles Oest y Contradic.
La prolongación del muelle Adossat ha de servir para disponer de nuevas terminales de cruceros y ferrys