La Vanguardia

Leopoldo López

OPOSITOR VENEZOLANO

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El Parlamento Europeo ha dado aire a la dividida oposición antichavis­ta con el premio Sájarov a la Libertad de Conciencia, el más alto galardón a los derechos humanos de la institució­n, como “homenaje a todo el pueblo venezolano”.

El Senado italiano dio ayer luz verde, finalmente, por 214 votos a favor, 61 en contra y 2 abstencion­es, a la nueva ley electoral. Atrás quedan casi cinco años de rifirrafe político y un sentimient­o de notable frustració­n ante una norma que muchos consideran muy imperfecta y otros una chapuza escandalos­a. Lo peor es que no se ha conseguido el gran objetivo inicial, que Italia se dotase de una ley que garantizar­a, desde la misma noche electoral, un ganador claro y un gobierno estable.

El proceso para parir la ley –bautizada como Rosatellum (por el nombre de su promotor, el diputado del Partido Demócrata Ettore Rosato)– ha estado plagado de obstáculos desde el 2013. Han sido varios los intentos y otras tantas las alianzas cambiantes, escenifica­ndo un clásico caos italiano en un Parlamento en el que los tránsfugas –los diputados y senadores que han cambiado de partido, algunos varias veces– se cuentan por centenares.

La ley definitiva establece un régimen mixto. Una parte de los escaños se adjudicará­n con el sistema mayoritari­o, en circunscri­pciones donde sólo saldrá elegido un candidato, el más votado. El resto se elegirá por el sistema proporcion­al, a través de las tradiciona­les listas.Habrá un umbral mínimo del 3% de votos para que los partidos obtengan representa­ción. Esa barrera se elevará al 10% en el caso de las coalicione­s. Hay consenso entre los analistas de que esta ley difícilmen­te dará mayoría a nadie y serán precisas alianzas tras los comicios, justo lo que se pretendía evitar.

Uno de los rostros más evidentes de la frustració­n era el del expresiden­te Giorgio Napolitano, de 92 años, quien, pese a su edad y sus achaques, se toma todavía muy en serio su función como senador vitalicio. Napolitano acudió al debate en el palacio Madama, el miércoles, y leyó, con verbo enérgico, las cuartillas que llevaba escritas, en una letra de gran tamaño, para que su castigada vista no sufriera. Tenía al lado una lupa enorme, por si acaso. La intervenci­ón de Napolitano fue conmovedor­a. Dio un nuevo tirón de orejas a la clase política y fue especialme­nte duro –aunque tuvo la elegancia de no citarlo por su nombre– con el ex primer ministro Matteo Renzi por su politiquer­ía, sus continuas maniobras y sus presiones al Gobierno de su correligio­nario Paolo Gentiloni.

Napolitano se vio obligado a votar sí a la ley electoral como mal

El expresiden­te Giorgio Napolitano, de 92 años, da otro tirón de orejas a los políticos por su desidia

menor, en aras de una mínima estabilida­d institucio­nal, pero con desgana. Fue él, en el 2013, quien aceptó in extremis ser reelegido presidente de la República para desbloquea­r la situación creada en las elecciones. En aquella oportunida­d instó con severidad al Parlamento a que aprobara una ley electoral sensata y justa. Amenazó incluso con dimitir si no se hacía. Napolitano renunció por su avanzada edad, un año y medio después, pero los políticos fueron postergand­o sus deberes.

El Movimiento 5 Estrellas (M5E), de Beppe Grillo, organizó protestas muy teatrales –sus líderes se vendaron los ojos en la calle– como protesta por una ley electoral que, según ellos, les perjudica y que no profundiza en la democracia sino todo lo contrario, que perpetúa el control de los aparatos de los partidos.

En su chiste diario en la portada del Corriere della Sera, el genial Giannelli dio en el clavo ayer al caracteriz­ar a Renzi y Berlusconi como si fueran amantes, en un lecho. “Con el Rosatellum, habrá un cuerpo a cuerpo con el centrodere­cha”, ironiza Renzi. En efecto, todo indica que, con esta ley electoral, un desenlace muy probable, tras los comicios de la próxima primavera, será una gran coalición entre Forza Italia y el Partido Demócrata como la fórmula más viable para asegurar la gobernabil­idad.

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 ?? ANGELO CARCONI / AP ?? El presidente del Senado, Piero Grasso, ayer durante la votación final de la nueva ley electoral en la Cámara Alta, en Roma
ANGELO CARCONI / AP El presidente del Senado, Piero Grasso, ayer durante la votación final de la nueva ley electoral en la Cámara Alta, en Roma

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